The New York Times
Por: Claire Fu/The New York Times
La ciudad de Chengdu, en el suroeste de China, es a menudo ridiculizada por su estilo de vida tranquilo. Es retratada como un paraíso para los perezosos, carente de la cultura trabajadora e incesante encontrada en los ricos centros de comercio costeros como Shanghai, Cantón y Shenzhen.
Durante décadas, jóvenes ambiciosos abandonaron Chengdu y otros centros urbanos sin salida al mar para buscar oportunidades cerca de la costa, donde el dinero fluía a raudales a medida que China abría fábricas y exportaba sus productos a todo el mundo. Pero en los últimos años, cada vez más jóvenes se han estado alejando de la cultura laboral hipercompetitiva de las megaciudades del País, optando por una vida más relajada en Chengdu, que se ha ganado la reputación de ser “la ciudad más feliz de China”.
Chengdu es una de las ciudades de más rápido crecimiento de China. Su población ha aumentado 30 por ciento en los últimos 5 años, a 21.5 millones de habitantes, y su mercado inmobiliario está en auge —un inusual punto positivo en medio de la crisis inmobiliaria del País.
El atractivo de Chengdu refleja una creciente desilusión entre los jóvenes, que ven una economía que ya no genera las oportunidades que antes brindaba a sus padres. Mejores salarios y una trayectoria exitosa no son el resultado garantizado de interminables jornadas laborales y el desgaste de vivir en ciudades abarrotadas e incosteables. Wuhan, otra ciudad del interior, también ha experimentado un aumento significativo de residentes en los últimos cuatro años.
“Chengdu es más amigable para los jóvenes en todos los aspectos”, afirmó Wang Di, profesor de historia de la Universidad de Macao.
Mientras que el Gobierno chino se muestra cada vez más represivo, Chengdu cuenta con una vibrante comunidad LGBTQ, una próspera escena de hip-hop y una gran cantidad de casas de té.
La Ciudad también es hogar de cientos de pandas gigantes. La Base de Investigación de Cría de Pandas Gigantes de Chengdu atrajo a más de 12.2 millones de visitantes el año pasado, reportaron los medios estatales chinos.
Chengdu cuenta con un próspero sector del entretenimiento. La película animada “Ne Zha 2”, que se convirtió en la película más taquillera de China tras su estreno este año, fue producida por un estudio de Chengdu. La Ciudad también se ha convertido en un centro de desarrollo de videojuegos.
Wang afirmó que la percepción negativa de un estilo de vida más tranquilo había cambiado en China tras la pandemia del Covid-19, cuando ciudades como Shanghai estuvieron confinadas durante meses. La relativa estabilidad de la vida cotidiana en Chengdu se volvió más atractiva, afirmó.
Con la afluencia de nuevos residentes, los precios de viviendas en Chengdu han aumentado a un ritmo más rápido que en cualquier otra gran ciudad de China. Pero Huang Xue, director general de China Index Academy, proveedor de datos del mercado inmobiliario, afirmó que los precios de la vivienda en Chengdu estaban más alineados con los salarios que en otras ciudades.
Treasure Wu dejó Chengdu en el 2018 para trabajar como programador computacional en Shanghai. Sin embargo, la renta allí era cara y pronto se aburrió de visitar los lugares de interés locales.
Dos años después, regresó a Chengdu. Wu comentó que compró un departamento en Chengdu en el 2022 por unos 300 mil dólares; un departamento de tamaño similar costaría tres veces más en Shanghai, añadió.
“Tengo un gran sentimiento de bienestar en Chengdu”, afirmó Wu.
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