Por: Kenneth Chang y Katrina Miller/The New York Times
Por primera vez, la cantidad de objetos celestes observados superará la cantidad de personas que viven en la Tierra. Y todas podrán divisarlos con la ayuda de un teléfono inteligente.
Así lo afirma el equipo del Observatorio Vera C. Rubin, en Chile.
El telescopio, cuya construcción llevó más de 20 años, brindará una vista del cielo nocturno como nunca antes posible para los astrónomos. Algunas de las primeras imágenes fueron publicadas el 23 de junio.
“El Observatorio Rubin es la máxima máquina de descubrimiento astronómico jamás construida”, declaró Zeljko Ivezic, el director de construcción, durante la presentación de las imágenes.
Durante la próxima década, las imágenes se combinarán para crear “la máxima película de todos los tiempos”, añadió Ivezic.
El observatorio, bautizado en honor a la astrónoma Vera Rubin, es una iniciativa conjunta del Departamento de Energía y la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Fue construido en una montaña en el norte de Chile. La ubicación, elevada y seca, ofrece cielos despejados para observar el cosmos.
El botín de datos del observatorio permitirá a los astrónomos investigar la energía oscura, una fuerza que impulsa la expansión del universo cada vez más rápido, así como la materia oscura, una sustancia misteriosa que se comporta como un pegamento galáctico. Más cerca de la Tierra, identificará asteroides que podrían estar en curso de colisión con la Tierra.
Dos de las primeras imágenes muestran fragmentos del Cúmulo de Virgo, un grupo de galaxias a unos 55 millones de años luz de distancia.
En primer plano se ven estrellas brillantes que se encuentran dentro de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Al fondo, se ven muchas galaxias extremadamente distantes, con un tono rojizo, debido a que en un universo en expansión, los objetos distantes se alejan a gran velocidad. Al centro se encuentran las galaxias dentro del Cúmulo de Virgo. Los puntos azules son regiones de formación estelar con estrellas más jóvenes y calientes.
Pero cada fragmento compartido es sólo una diminuta parte de la imagen completa producida por el telescopio.
Maravilla tecnológica
El nivel de detalle de las imágenes de Rubin es imposible de reproducir en una pantalla de computadora o en una página de periódico.
Así que el equipo de Rubin desarrolló Skyviewer, que permite a la gente ampliar y reducir las imágenes gigantes. “Necesitábamos crear formas dinámicas de compartir los datos”, declaró en una entrevista Steven Ritz, físico en la Universidad de California, en Santa Cruz, y científico del proyecto de construcción del Rubin. “Sabíamos que las imágenes eran tan grandes que, si se ampliaban al máximo, lucirían como atole. No se apreciaría su riqueza. Había que poder ampliarlas”.
Con Skyviewer, cualquiera puede llevar consigo el cosmos en su teléfono inteligente.
La construcción del Observatorio Rubin comenzó hace una década. El telescopio ya terminado registró sus primeros destellos de luz el 15 de abril.
Pero hubo detalles. Hubo que cambiar unos fusibles. Una cámara aún no había sido encendida. Pero esos problemas se resolvieron. Tras un cambio de turno, el siguiente equipo comenzó los preparativos para encender el telescopio.
“En cierto modo fue algo repentino”, comentó Victor Krabbendam, director del proyecto esa noche. Y entonces alguien dice: “Ok, sí, hemos tomado una imagen”.
Luego hubo una pausa mientras las computadoras procesaban los datos de la cámara. “Y entonces apareció en la pantalla”, dijo.
La primera imagen no fue perfecta. En lugar de puntos de luz, las estrellas lucían como donas. Pero ver donas en lugar de manchas borrosas significaba que los espejos no estaban muy desalineados. Tras algunos ajustes, las donas se convirtieron en puntos.
El Rubin está lejos de ser el telescopio más grande del mundo, pero es una maravilla tecnológica. Su estructura principal, con un espejo primario de 8.5 metros de ancho, un espejo secundario de 3 metros de ancho y la cámara digital más grande del mundo, flota sobre una fina capa de aceite. Motores magnéticos hacen girar la estructura de casi 300 toneladas —a plena velocidad puede completar una rotación completa en poco más de medio minuto.
Su diseño único significa que el Rubin puede observar con profundidad, amplitud y rapidez, lo que le permite recorrer rápidamente el cielo, tomando unas mil fotos por noche.
Al escanear todo el cielo cada tres o cuatro días durante 10 años, descubrirá millones de estrellas en explosión, rocas espaciales que pasan volando y áreas de espacio-tiempo deformado que producen imágenes distorsionadas y absurdas de galaxias distantes.
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