Por: Nina Siegal/The New York Times
ROTTERDAM, Países Bajos — Hace más de un siglo, millones de personas que intentaban escapar de la pobreza, la persecución o la guerra en Europa se embarcaron en Rotterdam para emprender un viaje transatlántico hacia una nueva vida.
Hoy, en lo que alguna vez fue una bodega, los visitantes pueden contemplar desde una plataforma de observación voladiza el lugar de donde zarparon esos barcos.
Este es Fénix, un museo de arte dedicado al tema de la migración, inaugurado en mayo. Un abandonado almacén del muelle ha sido transformado en un amplio espacio artístico coronado por una espiral de doble hélice de acero pulido.
“Todo tiene que ver con el movimiento”, afirmó Wim Pijbes, presidente de la fundación que opera el museo.
A diferencia de otros museos sobre migración que narran historias específicas de inmigrantes y refugiados, el Fénix adopta un enfoque más amplio.
Los visitantes se encuentran primero con dos pequeñas exposiciones en la planta baja —una con imágenes fotoperiodísticas y la otra llena de miles de maletas destartaladas— que subrayan la idea de que la migración es parte integral de una experiencia humana universal. La exposición principal, “Todas las Direcciones”, instalada en una sala de concreto y cristal de casi 7 mil metros cuadrados en la planta superior, exhibe obras de arte que, directa o indirectamente, se refieren a esa experiencia.
Hay obras de arte pop del artista estadounidense Red Grooms y una escultura del 2019 titulada “Refugiado Espacial” de Omar Imam, así como una pintura de Hans Holbein el Joven, artista itinerante del siglo 16. También hay una gran losa del Muro de Berlín.
El museo abre sus puertas en un momento en que la inmigración sigue siendo un problema mundial candente. El Presidente Donald J. Trump ha prometido organizar la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos, mientras que en los Países Bajos, el Gobierno introdujo recientemente lo que describió como la “política de asilo más estricta en la historia de los Países Bajos”.
Sin embargo, los fundadores del Fénix afirman que no les interesa participar en debates políticos en el museo. Ven la migración como una realidad universal.
“La historia que contamos es que la migración ha sido una experiencia de la humanidad desde sus inicios”, afirmó Pijbes.
La escultura blanda de Grooms de 1995, “El Autobús”, una réplica en tela de un autobús neoyorquino, ocupa un lugar destacado en la sala central de exposiciones. Pijbes dijo que la obra simbolizaba los resultados positivos de una migración exitosa, mostrando “toda esta mezcla de personas que hacen de Nueva York Nueva York”.
“Este museo también tiene que ver con esperanza, porque todos los refugiados y migrantes tienen algo en común: la esperanza de un futuro mejor”, añadió Pijbes.
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