Por: Kiuko Notoya/The New York Times
ARIDA, Japón — En las seis horas entre la salida del último tren de la noche y la llegada del primero de la mañana, trabajadores en una zona rural de Japón construyeron una nueva estación de tren. Reemplazará una estructura de madera significativamente más grande que prestó servicio a los viajeros de esta remota comunidad durante más de 75 años.
Los componentes de la nueva estación se imprimieron en 3D en otro lugar y se ensamblaron in situ en marzo, en lo que los operadores del ferrocarril describen como una primicia mundial. Quizás parezca más un refugio que una estación, pero construir uno de la manera tradicional habría llevado más de dos meses y costado el doble, afirma la West Japan Railway Company.
Las obras cerca de líneas comerciales están sujetas a estrictas restricciones y suelen realizarse durante la noche.
A medida que la población de Japón envejece y su fuerza laboral se reduce, el mantenimiento de la infraestructura ferroviaria es un problema creciente para los operadores ferroviarios. Las estaciones rurales con un número cada vez menor de usuarios han planteado un reto en particular. La nueva estación, Hatsushima, se encuentra en un tranquilo pueblo costero que forma parte de Arida, una ciudad de 25 mil habitantes en la prefectura de Wakayama. La estación, con una sola línea, atiende a unos 530 pasajeros al día.
Yui Nishino, de 19 años, la usa a diario para ir a la universidad. Comentó su sorpresa al enterarse de que aquí se construiría la primera estación del mundo impresa en 3D.
“Viéndola, las obras avanzan a una velocidad que sería imposible con una construcción convencional”, dijo. “Espero que puedan construir más edificios con tecnología de impresión 3D”.
Serendix, la constructora que colaboró con West Japan Railway en el proyecto, explicó que imprimir las piezas y reforzarlas con concreto tomó 7 días. La impresión se realizó en una fábrica de la prefectura de Kumamoto, en la isla suroccidental de Kyushu. Las piezas salieron de la fábrica la mañana del 24 de marzo para ser transportadas por carretera unos 800 kilómetros al noreste hasta la estación de Hatsushima.
Tras la salida del último tren a las 23:57, los trabajadores pusieron manos a la obra en la construcción de la nueva estación. En menos de seis horas, se ensamblaron las piezas preimpresas. La estación, que mide poco más de 9 metros cuadrados, quedó terminada antes de que llegara el primer tren a las 5:45 a.m. Es un edificio minimalista, blanco, con diseños que incluyen una mandarina y un pez sable, especialidades de Arida.
Aún necesitaba trabajo interior, así como equipo como máquinas expendedoras de billetes y lectores de tarjetas de transporte. West Japan Railway dijo que esperaba inaugurar el nuevo edificio en julio.
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