Japón emite advertencias y cierra parques por ataques de oso

200 personas han sido atacadas por osos en Japón este año, un incremento sin precedentes que preocupa a las autoridades.

  • 26 de noviembre de 2025 a las 15:26 -

Akita, Japón — Era una mañana fresca en el norte de Japón y la gente estaba nerviosa.

Empleados camino al trabajo, algunos con repelente en aerosol, caminaban con cautela por las calles. Se había advertido a los niños que no salieran de sus casas. Los parques estaban cerrados con cinta amarilla. Soldados patrullaban las montañas, blandiendo escudos y colocando trampas. Los drones sobrevolaban.

Akita estaba en pie de guerra contra un enemigo de 180 kilos, amante del caqui: el oso negro asiático. Este animal ha sido vinculado a más de 50 ataques y cuatro muertes en la región este año, como parte de un aumento en la agresión por parte de los osos que está poniendo a prueba la creencia de Japón en la coexistencia armoniosa con la naturaleza.

En Japón a los 100 años, el retiro no es opción

Osos han herido a residentes de edad avanzada de Akita que sacaban la basura y repartían periódicos. Han sorprendido a recolectores de setas y cultivadores de arroz, han irrumpido en supermercados y han sido vistos en terrenos escolares. Un video de amplia circulación mostró a una mujer de 82 años siendo atacada durante un paseo matutino.

“Ahora, cuando cruzas la calle en Akita, miras a la derecha, a la izquierda y luego buscas osos”, dijo Akihiro Suzuki, de 65 años, un burócrata jubilado. “Nunca se sabe cuándo puede haber un oso cerca”.

La prefectura de Akita, hogar de unas 880 mil personas, está en la línea del frente de la crisis úrsida en Japón. En todo el País, casi 200 personas han sido atacadas por osos este año y 13 han muerto, un récord. Se han avistado osos en estaciones de esquí del norte y pueblos del sur, así como en las afueras de ciudades como Tokio y Kioto. EU, Canadá y el Reino Unido han emitido advertencias de viaje sobre la presencia de osos en Japón.

Expertos atribuyen el aumento en los ataques en parte al cambio climático, pues las tormentas han causado estragos en las hayas, que producen las nueces de las que dependen los osos. Y estos se han vuelto más descartados al buscar comida.

Una relación ancestral con los osos
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En Japón, donde las montañas y los bosques ocupan aproximadamente el 70 por ciento del territorio, los osos son considerados seres sagrados. En Hokkaido, la isla más septentrional de Japón, donde también se ha registrado un aumento de ataques, el oso pardo es venerado como una deidad que habita en el reino humano.

Un oso pardo atrapado en la prefectura de Hokkaido el año pasado.

Pero las preocupaciones sobre la tradición se han dejado de lado en gran medida. El Gobierno nipón envió recientemente soldados para ayudar a colocar trampas. La policía antidisturbios ha unido fuerzas con los cazadores para rastrear y matar osos. Una universidad publicó recientemente un “Mapa de predicción IA de encuentros con osos”.

Japón modificó sus estrictas leyes de armas este otoño para facilitar la caza en zonas residenciales.

Es probable que los encuentros entre humanos y osos continúen, especialmente en otoño y primavera, cuando los osos tienen más hambre, antes y después de hibernar. La población de osos en Japón supera actualmente los 50 millones, dicen los expertos.

El esfuerzo por exterminar osos ha preocupado a algunos cazadores tradicionales, conocidos como matagi. Estas practican ceremonias destinadas a devolver los espíritus de los osos al cielo.

“Tanto nosotros como los osos estamos en problemas”, dijo Hideo Suzuki , de 78 años, cazador matagi en Akita. “Lo siento por los osos”.

©The New York Times Company 2025

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Staff NYTimes
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