The New York Times
Por: Rob Copeland/The New York Times
WASHINGTON — Frente a la Casa Blanca ha abierto las puertas una alabanza al máximo atavismo de la década de 1980: la celebración del capitalismo.
El Centro Milken para el Avance del Sueño Americano, un museo parcialmente curado y controlado por Michael R. Milken, el financiero previamente encarcelado que fue indultado por el Presidente Donald J. Trump, centra la historia de la nación en torno a banqueros, prestamistas y Milken.
¿La invención del telégrafo? Fue notable por el “respaldo de inversionistas”, dice un apartado. ¿El éxito de la Universidad Howard, la potencia universitaria negra? El predecesor de Bank of America le prestó dinero. Un cartel en una galería reza, “Las finanzas como una Fuerza para el Bien”.
Es una interpretación curiosa —o necesaria, argumentan sus partidarios— cuando las encuestas muestran que apenas la mitad de los estadounidenses tienen una opinión positiva del capitalismo.
Milken y los donadores cuyos rostros cuelgan de un “Árbol de las Generaciones” sobre el atrio, argumentan que la clave de la vida es el dinero, o la capacidad de conseguirlo.
“Sin capital no se pueden construir vidas, sueños ni familias”, afirma Rachel Goslins, la directora ejecutiva del centro.
Financiamiento
El Centro Milken, cuya entrada es gratuita y fue inaugurado el mes pasado, ocupa la antigua sede de un banco que cerró tras un escándalo hace 20 años. Los visitantes pueden conversar con hologramas de la tenista Serena Williams. Un juego interactivo explica el interés compuesto. Se explora el legado de la discriminación racial en la vivienda. La inmigración es el tema central de una sala que presenta retratos pintados al óleo por George W. Bush de personajes como Arnold Schwarzenegger. Sobre todo hay una repetición incesante de la frase “sueño americano”. Los curadores afirmaron no haber definido el término porque es personal para cada individuo.
“¿Qué es esencial para el sueño americano?”, reflexionó Milken en una entrevista con Fox Business el mes pasado. “La libertad de vivir la vida es esencial. ¿Y qué no es esencial? La riqueza personal”.
Forbes estima el patrimonio neto de Milken en 7.5 mil millones de dólares. Hace 40 años, ayudó a popularizar los llamados bonos chatarra, o préstamos caros y complicados a empresas riesgosas. El mercado de estos bonos vivió un auge y una breve crisis, pero sigue activo. En 1990, Milken se declaró culpable de seis delitos graves relacionados con fraude bursátil y sigue vetado del sector.
Milken, de 79 años, quien sirvió como inspiración para el personaje de Gordon Gekko en la película “Wall Street”, se desmayó tras ser condenado a 10 años de prisión. Fue liberado en menos de 2 años, renovándose como organizador de conferencias con su Instituto Milken, una organización sin fines de lucro. Rara vez habla en público y rehusó una entrevista.
Cuando el grupo de Milken compró el antiguo Banco Riggs, se encontraba en mal estado. El sitio ha sido remodelado, a un costo que el museo calculó en 500 millones de dólares. Espacios patrocinados llevan el nombre de Jeff Skoll, un fundador de eBay; John Paulson, quien se benefició del desplome del mercado inmobiliario del 2008; y el brazo político de los Koch, la dinastía política libertaria.
M.J. Rymsza-Pawlowska, historiadora en la American University que estudia museos, elogió la tecnología del Centro Milken, pero comparó su contenido con el de otros museos de financiamiento privado que celebran en lugar de cuestionar.
“Está contando las historias que cuenta de sí mismo”, dijo.
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