San Antonio.
Un valiente vaquero tejano se convirtió en uno de los protagonistas del episodio más violento y mortal de la historia de Texas el domingo recién pasado.
Stephen Willeford, vecino de la iglesia bautista de Sutherland Springs, escuchó el tiroteo cuando tomaba una siesta en su casa.
De inmediato tomó su propio rifle AR-15 y salió a confrontar a Devin Kelley, autor de la masacre.
Las autoridades aseguraron que Willeford logró herir a Kelley antes de que huyera.
En ese momento, Willeford se encontró con Johnnie Langendorff, que pasaba en su camioneta frente a la iglesia. Sin dudarlo, se subió al auto del desconocido y le dijo: “Acaba de disparar en la iglesia y tenemos que perseguirle”. La pareja siguió al asesino varios kilómetros por la carretera FM 539 en dirección norte hasta que Kelley perdió el control de su carro y se estrelló contra una zanja, presumiblemente después de inflingirse un balazo mortal, según las últimas investigaciones policiales.
“Nos acercamos gritándole que saliera del auto, pero no se movió: ya estaba muerto”, aseguró Langendorff. Ambos hombres evitaron que el exmilitar siguiera disparando y escapara del pueblo.
Stephen Willerford evitaron que el atacante huyera tras perseguirlo. AFP. |