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Recibir a inmigrantes que huyen de violencia pide el Papa

  • 25 abril 2011 /

El papa Benedicto XVI hizo ayer de Pascua un fuerte llamamiento a favor del “diálogo” y la “diplomacia” en Libia.

El papa Benedicto XVI hizo ayer de Pascua un fuerte llamamiento a favor del “diálogo” y la “diplomacia” en Libia y pidió “solidaridad” y “acogida” para los africanos que huyen de un continente azotado por guerras y conflictos.

“Que en Libia la diplomacia y el diálogo ocupen el lugar de las armas”, clamó el Papa antes de impartir su bendición “Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo), ante más de 100.000 fieles congregados en la plaza de San Pedro.

En su mensaje, el pontífice pidió que “la paz y la dignidad humana venzan a las tinieblas de la división, del odio y la violencia” en Oriente Medio y reclamó “solidaridad” para los inmigrantes y refugiados africanos.

“Que llegue la solidaridad de todos a los numerosos prófugos y refugiados que provienen de diversos países africanos y se han visto obligados a dejar sus afectos más entrañables”, exhortó.

“Que los hombres de buena voluntad se vean iluminados y abran el corazón a la acogida, para que de manera solidaria y concertada se puedan aliviar las necesidades urgentes de tantos hermanos”, dijo.

Vestido con hábitos litúrgicos dorados, en señal de fiesta, el Papa encabezó ante cardenales y obispos la misa del domingo de Pascua en una plaza adornada con más de 400.000 flores y en un día soleado.

El pontífice, que acaba de festejar seis años de pontificado y 84 de edad, parecía en buen estado físico.

Ayuda

El llamamiento papal estaba dirigido indirectamente a los líderes políticos de Europa, que apoyaron la decisión de la ONU de intervenir en Libia.

“Se favorezca el acceso a las ayudas humanitarias a cuantos sufren las consecuencias de la contienda”, pidió.

“Creo que los occidentales no tienen la voluntad de abrir el diálogo”, comentó a la emisora Radio Vaticano, monseñor Giovanni Innocenzo Martinelli, obispo de Trípoli, quien reside en ese país desde hace más de 30 años.

“Hay que tener el coraje de dejar las armas y abrir el diálogo, aún si no es de forma directa. Por ejemplo a través de personalidades locales, de los jefes de las tribus, para llegar al corazón de la sociedad libia, de manera que la paz regrese”, propuso.

El pedido del Papa atañe también a los dirigentes europeos que han multiplicado sus declaraciones xenófobas, al punto de que estudian medidas para limitar el ingreso y la circulación en Europa de miles de inmigrantes.

Conflictos

Las revueltas de inicios de año en Túnez y Egipto, así como la guerra en Libia, obligaron a decenas de miles de personas a huir de esos países, la mayoría en barcazas, hacia Europa.

El desmantelamiento de los campos de prófugos en Libia, donde vivían hacinados unos 10.000 etíopes, somalíes y eritreos que huían de guerras y conflictos en sus propios países, suscitó una verdadera emergencia humanitaria, denunciada en varias ocasiones por la Iglesia católica.

En su mensaje, el Papa reconoció que si bien en el cielo “todo es paz y regocijo”, “en la tierra, lamentablemente no es así”, dijo.

“En nuestro mundo, el aleluya pascual contrasta todavía con los lamentos y el clamor que provienen de tantas situaciones dolorosas: miseria, hambre, enfermedades, guerras y violencias”, subrayó.

Igualmente recordó los desastres naturales y en particular el drama de Japón, tras el sismo seguido de tsunami de marzo pasado y deseó que encuentren “alivio y esperanza” ante el dolor y la angustia.

El Viernes Santo, con ocasión de su primera participación a un programa de preguntas y respuestas de la televisión italiana, el Papa reconoció ante una niña japonesa traumatizada por el terremoto, que la Iglesia “no tiene respuesta” sobre esos sufrimientos, “pero sabemos que Jesús ha sufrido como vosotros, inocentes”, dijo.

Benedicto XVI pronunció su mensaje en italiano poco antes de la bendición “Urbi et Orbi” durante la cual deseó “buenas pascuas” en 65 idiomas, entre ellos árabe, japonés e hindi.

El acontecimiento fue retransmitido en directo por numerosos canales de televisión del mundo.

Benedicto XVI tomará unos días de descanso

El papa Benedicto XVI, de 84 años, se trasladó hoy a la residencia de Castelgandolfo, a unos 33 kilómetros al sur de Roma, para pasar unos días de descanso tras haber oficiado todos los ritos de la Semana Santa.

El Pontífice llegó a media tarde a la residencia papal y mañana, fiesta en Italia y en el Vaticano, rezará el Regina Coeli, que sustituye al ángelus en tiempo Pascual, desde el balcón del patio central del palacio apostólico.

El Obispo de Roma regresará el miércoles al Vaticano para la audiencia pública y volverá a Castelgandolfo, para regresar definitivamente el 30 de abril y seguir desde el Vaticano la Vigilia en el Circo Massimo de Roma, con motivo de la beatificación al día siguiente, 1 de mayo, de su antecesor Juan Pablo II.