El presidente ruso, Vladimir Putin, suspendió este martes la participación de su país en el tratado de desarme nuclear New Start que firmó con Estados Unidos, en un discurso en el que acusó a los países occidentales de “atizar” el conflicto en Ucrania.
A unos días de que se cumpla un año del inicio de la ofensiva rusa en esta exrepública soviética, el dirigente ruso afirmó en su discurso anual a la nación que seguía decidido a continuarla.
“Vamos a resolver paso a paso, cuidadosa y sistemáticamente, los objetivos que tenemos ante nosotros”, dijo ante los militares la élite política del país.
El líder ruso también acusó a los países occidentales de utilizar el conflicto en Ucrania para “acabar” con Rusia y aseguró que Moscú se vio “forzada” a suspender el tratado de desarme nuclear New Start.
El tratado, de 2010, es el último que mantienen Washington y Moscú para evitar una escalada nuclear, pero se ha debilitado en los últimos años, con acusaciones de Estados Unidos de que Rusia no lo estaba cumpliendo.
“La responsabilidad de atizar el conflicto ucraniano, de su escalada, del número de víctimas (...) recae por completo sobre las élites occidentales”, aseguró Putin.
“Lamento la decisión anunciada por Rusia”, reaccionó de inmediato el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg.
La alocución de Putin se produce un día después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, realizara una visita sorpresa a Kiev, a la que prometió nuevas armas y el apoyo “inquebrantable” de Washington.
Biden también pronunciará un discurso hacia las 16H30 GMT desde Varsovia, después de reunirse con el presidente polaco Andrzej Duda.
“Expulsar y castigar a Ucrania”
Tras el discurso de Putin, juró “expulsar y castigar” a Ucrania.
“Están estratégicamente en un callejón sin salida”, dijo en Telegram el jefe de la administración presidencial de Ucrania, Andrey Yermak.
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, dijo por su parte que nadie estaba “atacando a Rusia” y que era “absurdo pensar que Rusia se encuentra bajo algún tipo de amenaza militar por parte de Ucrania o de cualquier otro país”.
La diplomacia rusa convocó el martes a la embajadora estadounidense en Moscú para entregarle una nota en la que exige a Estados Unidos la retirada de los “soldados y equipos” de la OTAN en Ucrania.
En su discurso, Putin envió asimismo una advertencia a los críticos de su gobierno. “Aquellos que se embarcaron en el camino de la traición (...) deben rendir cuentas ante la ley”, sostuvo.
Refiriéndose a las sanciones internacionales que afectan a Rusia, estimó que los occidentales “no han llegado a nada y no llegarán a nada”.
La economía rusa resistió mejor que lo que habían previsto los expertos. El PIB se contrajo 2,1% el año pasado, según el organismo oficial de estadística Rosstat, por debajo del 2,9% de contracción previsto por el gobierno en septiembre.
En su visita a Kiev el lunes, Biden insistió en que Rusia se equivocó al pensar que “Ucrania era débil y que Occidente estaba dividido”.
Cuando lanzó la llamada operación militar especial, Moscú se esperaba una conquista rápida que propiciara la instalación de un régimen prorruso.