París, Francia.
La policía francesa retuvo el pasado domingo un coche con matrícula diplomática del Vaticano cargado con un alijo de droga procedente de España. El vehículo es propiedad del cardenal argentino Jorge María Mejía y en el que iban dos hombres que dijeron que tenían el vehículo para revisarlo, reveló la emisora de radio 'RTL'.
Los agentes encontraron cuatro kilos de cocaína y 150 gramos de marihuana. Los dos ocupantes, de nacionalidad italiana, afirmaron que la droga no era suya y que eran simples chóferes.
Reacción del Vaticano
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, dijo que no hay relación entre el personal de la Santa Sede y el alijo de droga.
Lombardi confirmó que el vehículo pertenecía al cardenal argentino Jorge María Mejía y que llevaba un cargamento de droga pero añadió que Mejía tiene 91 años y 'está gravemente enfermo' tras un infarto que sufrió en Roma. Su secretario fue quien entregó el coche a un amigo para que pasase la revisión técnica.
Al parecer, los individuos, convencidos que no serían parados por llevar matrícula diplomática, aprovecharon para ir a España y comprar los estupefacientes.
La policía francesa retuvo el pasado domingo un coche con matrícula diplomática del Vaticano cargado con un alijo de droga procedente de España. El vehículo es propiedad del cardenal argentino Jorge María Mejía y en el que iban dos hombres que dijeron que tenían el vehículo para revisarlo, reveló la emisora de radio 'RTL'.
Los agentes encontraron cuatro kilos de cocaína y 150 gramos de marihuana. Los dos ocupantes, de nacionalidad italiana, afirmaron que la droga no era suya y que eran simples chóferes.
Reacción del Vaticano
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, dijo que no hay relación entre el personal de la Santa Sede y el alijo de droga.
Lombardi confirmó que el vehículo pertenecía al cardenal argentino Jorge María Mejía y que llevaba un cargamento de droga pero añadió que Mejía tiene 91 años y 'está gravemente enfermo' tras un infarto que sufrió en Roma. Su secretario fue quien entregó el coche a un amigo para que pasase la revisión técnica.
Al parecer, los individuos, convencidos que no serían parados por llevar matrícula diplomática, aprovecharon para ir a España y comprar los estupefacientes.
