Los guatemaltecos elegirán este domingo un nuevo presidente en un balotaje entre dos socialdemócratas, en medio de intentos para descalificar al inesperado favorito Bernardo Arévalo, que promete una lucha frontal contra la corrupción.
Tres décadas después del fin de su brutal guerra civil, el país más poblado de Centroamérica está sumido en la pobreza, la violencia y la corrupción, lo que lleva cada año a miles de guatemaltecos a migrar sobre todo a Estados Unidos.
Tras su sorpresivo triunfo en la primera vuelta, Arévalo, hijo del primer presidente de Guatemala elegido democráticamente, Juan José Arévalo (1945-1951), busca seguir la senda de su padre con una fuerte agenda social y de cambio. “Llevamos años siendo víctimas, siendo presas, de políticos corruptos”, dijo al cerrar su campaña. “Votar es dejar claro que el que manda en este país es el pueblo de Guatemala y no los corruptos”.
Arévalo nació en Montevideo, Uruguay, en 1958 debido al exilio de su padre luego de que fuera derrocado Jacobo Árbenz en 1954 por una rebelión militar fraguada por Estados Unidos.
Sin embargo, ahora Estados Unidos ha defendido al hijo del presidente Arévalo ante los intentos de la Fiscalía guatemalteca de marginarlo del balotaje.
Bernardo Arévalo, de 64 años, vivió además en Venezuela, México y Chile antes de llegar a Guatemala a los 15 años. Estudió Sociología en Israel, fue vicecanciller en 1994-1995 y embajador en España entre 1995 y 1996, durante el gobierno del fallecido presidente Ramiro de León Carpio.
Es candidato del partido Semilla y promete seguir los pasos de su padre para sacar de la pobreza al 60% de los 17.6 millones de guatemaltecos.
Torres, la “mamá gobierno”
Por tercera vez consecutiva en un balotaje, su rival Sandra Torres, la exesposa del difunto expresidente de izquierda Álvaro Colom (2008-2012), promete ayudar a los más pobres con subsidios en dinero y entrega de alimentos. La derecha, que gobierna Guatemala hace 12 años, la apoya silenciosamente.
“Bernardo Arévalo se presenta como la opción de cambio político, y Sandra Torres es la representante del continuismo”, explica a la AFP el analista Arturo Matute, director del centro Gobernálisis.
“Ya no más papá gobierno, ahora Guatemala va a tener mamá gobierno”, promete Torres, quien nació el 5 de octubre de 1955 en el municipio norteño de Melchor de Mencos.
Licenciada en Comunicación y empresaria textil, en 2002 se divorció de su primer esposo, con quien tuvo cuatro hijos, antes de involucrarse en política.
Torres perdió los balotajes ante Jimmy Morales en 2015 y ante el actual mandatario Alejandro Giammattei en 2019.
Ayer, Torres puso en duda la limpieza del balotaje afirmando que hay partidarios de su rival en el sistema de cómputo del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
“No podemos permitir que Guatemala caiga en manos radicales. No podemos permitir que Guatemala se convierta en una Venezuela y en una Cuba”, añadió Torres, que fue blanco de esas mismas acusaciones en sus dos campañas anteriores por parte de políticos de derecha.
Cruzada de la Fiscalía
Arévalo, un sociólogo de 64 años que despierta temores entre la poderosa élite guatemalteca, es líder del partido Movimiento Semilla, que creó en 2017.
Semilla es blanco de una cruzada de la Fiscalía, que le acusa de irregularidades en su inscripción en 2017 y 2018.
Las acciones de la Fiscalía son vistas como un intento de impedir que llegue al poder. El jueves, el fiscal Rafael Curruchiche dijo que tras la elección del domingo no descarta allanamientos, arrestos o levantamiento de fueros de integrantes de Semilla.
“Todas las encuestas dan como ganador a Bernardo Arévalo, con una gran ventaja sobre Sandra Torres. Si ello se refrenda en las urnas y no le roban la elección, será una gran esperanza para la reconstrucción institucional democrática con transparencia”, dijo el rector de la Universidad para la Paz de Costa Rica, Francisco Rojas. Sin embargo, el académico advirtió que en Guatemala existe “un gran riesgo de ‘ecuatorianización’ por parte del crimen organizado y la narcopolítica, incluido el magnicidio”.
Ecuador también celebra elecciones este domingo y el candidato presidencial Fernando Villavicencio, que iba segundo en los sondeos, fue asesinado en Quito el 9 de agosto.

Pobreza y migración, los retos
Guatemala es la nación más poblada de América Central y con fama de poseer el mejor clima. Es llamado “el país de la eterna primavera”.
Tiene la mayor economía de la región, pero 10.3 millones de sus 17.6 millones de habitantes viven en la pobreza, según cifras oficiales. Además, uno de cada dos niños menores de cinco años sufre desnutrición crónica, de acuerdo con Unicef.
El salario mínimo urbano es de 427 dólares al mes, pero el 71% de los guatemaltecos se gana la vida en la informalidad.
- En la primera vuelta, el 25 de junio, votó el 60% del electorado, pero la participación tradicionalmente disminuye en la segunda vuelta, al no haber comicios locales ni legislativos.También se votará por alcaldes en cinco municipios donde se suspendió por disturbios la elección en la primera vuelta. Gane Arévalo o Torres, el balotaje marcará el fin de 12 años de gobiernos de derecha. El nuevo mandatario asumirá el 14 de enero de 2024.
- 9.4 millones de guatemaltecos están habilitados para elegir al sucesor del mandatario derechista Alejandro Giammattei, reprobado por el 62% del país.
- 3,500 centros de votación abrirán a las 07H00 locales y cerrarán a las 18H00. Los primeros escrutinios oficiales se conocerán unas tres horas después.
La tasa de homicidios es de 17.3 por cada 100,000 habitantes, según la ONU, casi el triple que el promedio mundial.
La pobreza y la violencia inducen a miles a emigrar cada mes. La cancillería estima que 2.8 millones de guatemaltecos viven en Estados Unidos.
El mandatario que salga elegido también enfrentará una democracia debilitada seriamente en los últimos ocho años, especialmente durante el gobierno de Giammattei, según el análisis de diversas organizaciones internacionales.
“Hay una visión generalizada entre la población de que no podemos seguir por el mismo camino”, explica la politóloga Gabriela Carrera, directora del departamento de Acción Pública de la universidad privada Rafael Landívar.
“La realidad socioeconómica, la desigualdad, los bajos salarios y el notable aumento de un diez por ciento en los precios de la canasta básica en los últimos dos años” son, juicio de esta analista, los principales problemas para el nuevo Gobierno.
