Gustavo Valenzuela, médico veterinario y último director del Programa de Paz y Convivencia, asegura que en su administración de ocho meses y con solamente el 30% del presupuesto ha obtenido el 52% de los objetivos del proyecto.
Reveló que de los 22 millones de dólares del total del préstamo otorgado, el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) solo dio 13.4 millones de dólares (L268 millones) para el proyecto. Los restantes $8.6 millones (unos L163.4 millones) fueron tomados por el gobierno del expresidente Manuel Zelaya para hacerle frente a una emergencia por lluvias.
El proyecto de Paz y Convivencia diseñado para reducir el crimen en el Valle de Sula ya finalizó su ciclo luego de ser concebido hace 14 años y pese a que pudo disponer de L255 millones fracasó porque la región es la más violenta del país de y del continente.
-¿Cómo estaba el proyecto cuando lo recibió?
En pausa sin tener ninguna comunicación con el BID debido a la ruptura de relaciones que tenían los organismos internacionales con Honduras por los eventos políticos del 28 de junio, sin estar ejecutando ningún proyecto y con muchas deudas y también sin personal. Teníamos la documentación, computadoras y equipo confiscados por el dueño del edificio donde se alquilaba la oficina por deuda de alquiler de la administración municipal anterior. Todo estaba listo para ser clausurado por el BID antes de desembolsar todos los fondos debido a todos los obstáculos que se habían presentado en toda la vida del proyecto. Además existía mucha renuencia de los alcaldes de los 17 municipios beneficiarios que no querían saber nada por el incumplimiento de obras de administraciones anteriores.
-¿Qué avances y qué obstáculos tuvo el proyecto en su gestión?
Logramos la confianza del BID lo que permitió que se le diera una prórroga de un año al proyecto para ser terminado y se realizaran los desembolsos, y lo más importantes hacer un cierre ordenado.
Se ordenó la parte administrativa y financiera del proyecto. Además se obtuvo la anuencia y confianza de los 17 alcaldes beneficiarios del proyecto, de socios del proyecto y de la comunidad beneficiada también del Gobierno que nos apoyó a través del ministro Mauro Membreño.
Logramos construir y entregar las obras de infraestructura que más se esperaban en los municipios, como bibliotecas, casas de la cultura que se prometieron desde el 2004.
En ocho meses con solamente el 30% del presupuesto obtuvimos el 52% de los objetivos del mismo. Subimos la calificación ante el BID lo que permitió tener una buena evaluación y ser ahora un ejemplo de cómo recuperar y cerrar un proyecto de forma ordenada tanto en la parte de ejecución presupuestaria, desarrollo financiero, conclusión de obras de infraestructura como dotación de equipamientos y transformación de la percepción negativa que se tenía.
-Enumere los proyectos que se hicieron en su gestión.
Son 22 bibliotecas semi virtuales, seis casas de la cultura, fortalecimiento de cuatro colegios técnicos, maquinaria nueva, becas y construcción de edificio IPC (Instituto Politécnico Centroamericano).
Se construyeron cuatro canchas deportivas y se implementó un proyecto de valores en escuelas. La modernización del 199 y el proyecto de observación digital a través de cámaras y el centro de operaciones de la Policía en la primera estación. Se remodeló el centro de atención a niños Amigos Para Siempre en barrio Sunseri.
Las áreas de mayor inversión fueron en la parte educativa, promoción del uso positivo del tiempo libre y en fortalecimiento institucional en el área de seguridad con apoyo a la Policía.
-¿Qué factores influyeron para que no se lograran los objetivos del programa?
El proyecto sí logró cumplir la consecución de productos que nos llevarían a conseguir los objetivos. Pero debemos de considerar que el proyecto se constituyó como una respuesta política y pragmática a los problemas de inseguridad que en el tiempo que inició el proyecto, la consideraban grave.
Ahora podemos decir que existieron errores en el diseño del proyecto ya que los objetivos y los compromisos que se atribuyeron como responsabilidad son política nacional o un programa de Gobierno, pero no de un proyecto.
-¿Cuáles son esas expresiones a las que se refiere?
Desde la perspectiva cualitativa, en los últimos años ha sido palpable el giro o la dinámica evolutiva de las pandillas juveniles.
Dejaron de ser grupos cuya característica principal estaba vinculada a la búsqueda de identidad y pertenencia -y solo excepcionalmente relacionada con la comisión de delitos- y pasaron a convertirse en grupos más complejos, con objetivos, dinamismos, estructuras y formas organizativas similares o parecidas al crimen organizado.
Además de ello, en los barrios o comunidades más vulnerables, se han creado nuevos grupos o asociaciones que, sin pertenecer a las pandillas más grandes y estructuradas están dedicadas predominantemente al sicariato y al narcomenudeo.
La tercera expresión está vinculada con la regionalización del fenómeno de la inseguridad.
Se insiste, al momento de formular el proyecto, posiblemente era muy difícil prever este agravamiento exponencial de la situación de inseguridad.
La situación de inseguridad no solo desbordó las capacidades y las opciones del proyecto, sino de toda la institucionalidad nacional y regional.
-¿Dónde están los 22 millones de dólares del proyecto de Paz y Convivencia ?
El monto original del préstamo era de 20 millones de dólares, pero el BID solamente desembolso 13.4 millones de dólares. Se utilizaron 600,000 dólares (L11,400,000) en gastos financieros y auditorías y el resto de los 6 millones, el gobierno del presidente Manuel Zelaya los tomó para una emergencia nacional por inundaciones para protección de los bordos de la zona norte y parte en la zona sur. Este dinero fue direccionado con visto bueno del BID.
-¿Quién paga el préstamo?
El monto total del préstamo lo paga el Gobierno central.
-¿Qué sigue hoy que terminó el proyecto ?
Todo lo que se hizo fue con la autorización del BID. Los procesos de adquisiciones se basaban en los reglamentos del BID y en la Ley de Contratación del Estado. La responsabilidad del proyecto llegó hasta entregar la obra a las municipalidades tal como consta en las actas.
La operatividad y mantenimiento es responsabilidad de todos los alcaldes o beneficiarios (Secretaría de Seguridad, la de Educación).
La contraparte que puso la municipalidad de San Pedro Sula se gastó en combustible, vehículos, empleados, gastos de oficina, etc...
-¿Qué evaluación le dio el BID a su gestión al frente de la Oficina de Paz y Convivencia?
La última administración del proyecto fue evaluada como la mejor.
Todos los alcaldes contribuyeron y trabajaron en equipo con el proyecto durante la última administración que adquirió la experiencia en manejo de proyectos de este tipo.
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