Siguatepeque, Honduras.
Apenas el 40% de la población de esta ciudad tiene alcantarillado sanitario y de acuerdo al jefe de operaciones y mantenimiento de Aguas de Siguatepeque, de esa cifra tan solo el 7% de las aguas son tratadas.
“Le damos mantenimiento y también cobramos a la población una tarifa simbólica por este servicio a partir de 2010. Se han hecho algunas inversiones pequeñas, así como el mantenimiento diario de todas la tuberías, pozos de inspección, cajas, acometidas y otros”, detalló.
Aguas de Siguatepeque asiste a 18 barrios y colonias, los 40 restantes deposita las aguas en los ríos y quebradas.
Según Alvarado, la instalación de alcantarillado sanitario está fuera del alcance de Aguas de Siguatepeque debido a que los ingresos de apenas dos millones de lempiras anuales solo sirven para el mantenimiento de algunas redes, ya que la construcción de este tipo de proyectos es onerosa.
“No estamos en capacidad de hacer esa inversión, hay que invertir en excavación, pavimento y tubería, ya que hay conductos de cemento obsoletos y colapsados en el centro de la ciudad”, aseveró.
Sobre la búsqueda de financiamiento para este tipo de proyectos, contó que se han preparado perfiles para hacer gestiones junto con autoridades de la alcaldía, el Gobierno y organismos de desarrollo.
Hasta ahora no existe un plan de desarrollo, hay construcciones a las cuales sus dueños conectan los sistemas de alcantarillado sin control, lo que hace que el agua sucia se derrame en las calles contaminando con sus olores nauseabundos. “No han colapsado las aguas negras porque verdaderamente Dios nos quiere. Esta es una bomba de tiempo, ya que todo el sector sureste y suroeste, que cubre 16 barrios de la ciudad no cuenta con el servicio de alcantarillado sanitario”, dijo el ambientalista Walter Ulloa Bueso.
Hace poco se construyó un proyecto de tratamiento de aguas negras en el sur de la ciudad, y consta de dos lagunas de oxidación que cubre parte del barrio El Parnaso, colonia Víctor Chávez, Buena Esperanza y Cabañas, pero aún no es suificiente.
Apenas el 40% de la población de esta ciudad tiene alcantarillado sanitario y de acuerdo al jefe de operaciones y mantenimiento de Aguas de Siguatepeque, de esa cifra tan solo el 7% de las aguas son tratadas.
“Le damos mantenimiento y también cobramos a la población una tarifa simbólica por este servicio a partir de 2010. Se han hecho algunas inversiones pequeñas, así como el mantenimiento diario de todas la tuberías, pozos de inspección, cajas, acometidas y otros”, detalló.
Aguas de Siguatepeque asiste a 18 barrios y colonias, los 40 restantes deposita las aguas en los ríos y quebradas.
Según Alvarado, la instalación de alcantarillado sanitario está fuera del alcance de Aguas de Siguatepeque debido a que los ingresos de apenas dos millones de lempiras anuales solo sirven para el mantenimiento de algunas redes, ya que la construcción de este tipo de proyectos es onerosa.
“No estamos en capacidad de hacer esa inversión, hay que invertir en excavación, pavimento y tubería, ya que hay conductos de cemento obsoletos y colapsados en el centro de la ciudad”, aseveró.
Sobre la búsqueda de financiamiento para este tipo de proyectos, contó que se han preparado perfiles para hacer gestiones junto con autoridades de la alcaldía, el Gobierno y organismos de desarrollo.
Hasta ahora no existe un plan de desarrollo, hay construcciones a las cuales sus dueños conectan los sistemas de alcantarillado sin control, lo que hace que el agua sucia se derrame en las calles contaminando con sus olores nauseabundos. “No han colapsado las aguas negras porque verdaderamente Dios nos quiere. Esta es una bomba de tiempo, ya que todo el sector sureste y suroeste, que cubre 16 barrios de la ciudad no cuenta con el servicio de alcantarillado sanitario”, dijo el ambientalista Walter Ulloa Bueso.
Hace poco se construyó un proyecto de tratamiento de aguas negras en el sur de la ciudad, y consta de dos lagunas de oxidación que cubre parte del barrio El Parnaso, colonia Víctor Chávez, Buena Esperanza y Cabañas, pero aún no es suificiente.
