Con botellones en mano, varios alumnos de la escuela Emilia Puerto de Jiménez, de Potrerillos, piden apoyo económico a quienes circulan por la carretera CA-5 para la construcción de su cerco perimetral.
La infraestructura de la escuela en la colonia Reparto está en buenas condiciones, pero la falta de un muro permite que caballos y vacas que deambulan por la zona entren al predio aún cuando los niños están en clases.
La inseguridad también los afecta. No han logrado construir una caseta para vender alimentos en el recreo, por lo que hacen champas que no son adecuadas para los niños.
“Hemos solicitado apoyo de los empresarios y autoridades locales para mejorar las condiciones del centro educativo, pero no hemos recibido respuesta”, dijo Nery Mejía, presidente de la sociedad de padres de familia.
“Estas escuelas son olvidadas por las autoridades del Gobierno, quienes solo se enfocan en los centros educativos de las grandes ciudades cuando las mayores necesidades se encuentran en las aldeas”, manifestó.
A inicios de año, una ONG destinó parte de los fondos para la construcción del cerco, pero falta una contraparte. Los estudiantes se cansaron de esperar y salieron a las calles y carretera principal del municipio para pedir ayudas. “Somos una escuela Proheco y si nosotros mismos no nos preocupamos por nuestros hijos nadie va venir a ofrecer sus ayudas”, agregó Mejía.
El director Franklyn Guevara dijo que temen que los niños sufran algún accidente por la falta de seguridad en la escuela.
“Tenemos muchas necesidades como la construcción de un nuevo módulo para el área de kínder ya que los niños están recibiendo clases en una casa, pero la mayor urgencia es la construcción del cerco”.
Los pobladores de la colonia El Reparto piden ayuda de los empresarios del sector, porque son una de las comunidades más pobres del municipio y ni tienen los recursos para ejecutar el proyecto.
La maestra María del Carmen Santos dijo que se les dificulta retener los niños en la escuela, temen que salgan a la calle porque están propensos a cualquier accidente. “El mayor problema lo tenemos con los niños pequeños que son los más inquietos y estamos preocupados porque mientras estén en la escuela son nuestra responsabilidad”.
Los maestros lamentan que no pueden dar a los alumnos clases de agropecuaria porque todas las plantas fueron destruidas por los animales que ingresan en la escuela.