Para tener mejor control y administración de los medicamentos, las autoridades del hospital público de El Progreso prohibieron la venta de ese producto en las glorietas que funcionan en su interior.
Julio Nolasco, director del sanatorio, informó que en las pocas semanas que lleva al frente de esa institución ha logrado corregir una serie de costumbres que afectan la imagen del lugar, “una de ellas es la comercialización de medicina en las glorietas en los predios del hospital. Eso ya no ocurre”. Desde hace varios años y ante la escasez de insumos en el centro asistencial, los propietarios de esos negocios de venta de comida decidieron abastecerse de ellos para ofrecerlos a las personas que reciben recetas de los médicos y a quienes les urgen para evitar que viajen al centro de la ciudad. “Comprendemos a los familiares de los enfermos. Necesitan el medicamento, pero no podemos permitir que eso siga ocurriendo en el establecimiento. Eso le da mala imagen y hasta se podría pensar que son del mismo hospital”.
La medida de esas autoridades ha generado el malestar de los pacientes que le piden al Gobierno abastecer el hospital.