Los 34 balseros cubanos que fueron rescatados en alta mar el pasado martes, continúan albergados en la comunidad garífuna de Punta Gorda a la espera que las autoridades les autoricen su permiso de estadía en el país.
Los balseros llegaron el pasado martes a las 2:00 pm a las costas de esta comunidad que pertenece al municipio de José Santos Guardiola y desde entonces los habitantes de este sector han estado atendiéndolos con alimentación y supliendo necesidades básicas a los caribeños quienes permanecen alojados en el centro comunal de esta localidad.
“Somos una comunidad hospitalaria, ellos (los balseros) nos recuerdan el momento en que nuestros ancestros llegaron ha esta comunidad hace 200 años huyendo de San Vicente, por eso les hemos ayudado de acuerdo a nuestras capacidades, ya que llegaron en condiciones inhumanas”, informó Alex Ávila, presidente del patronato de esta comunidad.
Piden ayuda para balseros
El dirigente patronal lamentó que las autoridades locales y centrales los hallan dejado solos.
“Aquí no hay fuentes de trabajo, todos los productos que consumimos los traemos de afuera, por lo que esperamos que las autoridades nos ayuden con esta gente, que necesita”, demandó Ávila.
Los balseros estuvieron navegando a la deriva por más de 11 días en alta mar, luego que el motor de la embarcación en que salieron de Cuba se quedó sin combustible. “Pescadores lograron divisarlos y avisaron a unos buzos de un hotel de esta localidad, quienes de inmediato se trasladaron en otra embarcación más grande para remolcarlos y traerlos a la isla”, dijo.
Las autoridades de migración informaron que solo están esperando la autorización de Tegucigalpa del permiso de permanencia en el país, para que ellos puedan salir de la isla.
Gustavo Medina delegado de migración de esta zona, informó que dentro del grupo hay 30 hombres y cuatro mujeres.
“Todos provienen de diversas partes de Cuba, ya el director Venancio Cervantes hizo todo el procedimiento, solo falta que se autorice el tiempo de permiso en el país”, dijo.
Los balseros cubanos usan el país como una ruta de tránsito para lograr sus propósitos de llegar a Estados Unidos.