El Negrito, Yoro, Honduras.
Para julio de este año, las autoridades municipales, padres de familia y maestros esperan terminar la construcción del nuevo edificio del centro básico José Trinidad Reyes de la comunidad de Toyos, en el norte de este municipio.
La obra iniciada en enero de este año tiene un valor de diez millones de lempiras, seis de estos donados por la fundación Escuelas para los Niños del Mundo, alcaldía y comunidad.
“Gracias a Dios, el proyecto avanza sin atraso; es un sueño de muchos años para que los jóvenes reciban el pan del saber en un lugar amplio y seguro”, expresó José Alvarenga, director del centro educativo.
El viejo inmueble donde estudian 684 niños y adolescentes fue construido en 1950, su estado es deplorable y se ha convertido en una amenaza para los estudiantes que llegan de diferentes aldeas del sector. Otro riesgo de estos es la proximidad del establecimiento a la carretera pavimentada que comunica El Progreso con Tela, ya que varios menores han resultado atropellados por los vehículos que transitan por ese corredor.
Eso llevó a los padres y maestros a buscar ayuda hace tres años: su lucha tuvo eco a inicios de 2016 ante los miembros de la fundación, que desde hace un buen tiempo ayuda en otras zonas del país.
Educación
Delbin Salgado, alcalde de El Negrito, informó que la obra se encuentra avanzada en un 70% y consiste en la construcción de nueve aulas, oficina administrativa, aula de computación y una amplia cancha para diferentes disciplinas deportivas.
“Confiamos que en la primera quincena de julio estamos inaugurando el nuevo edificio. Estamos alegres porque los jóvenes tendrán un lugar digno para estudiar; el viejo local es una amenaza para toda aquella persona que en él permanezca, en especial los alumnos y maestros”, manifestó.
Salgado agregó que desde hace varios años conocía el problema, pero la falta de fondos no le permitía iniciar, por lo tanto hasta que llegó la mano amiga de la ONG comenzaron los trabajos.
En el centro estudian niños del primero al noveno grado de la aldea Toyos, Las Metalias, El Portillo, El Aguacate, El Naranjo, La 34, Guaymón y Las Delicias. José Alvarenga agradeció a las autoridades edilicias y a la organización altruista. “Para nosotros era difícil iniciar un complejo como ese, pues la mayoría de padres son agricultores y carecen de suficientes recursos”. Representantes de la fundación expresaron que la meta es ayudar a la población infantil más necesitada de Yoro y el resto de Honduras.
Para julio de este año, las autoridades municipales, padres de familia y maestros esperan terminar la construcción del nuevo edificio del centro básico José Trinidad Reyes de la comunidad de Toyos, en el norte de este municipio.
La obra iniciada en enero de este año tiene un valor de diez millones de lempiras, seis de estos donados por la fundación Escuelas para los Niños del Mundo, alcaldía y comunidad.
“Gracias a Dios, el proyecto avanza sin atraso; es un sueño de muchos años para que los jóvenes reciban el pan del saber en un lugar amplio y seguro”, expresó José Alvarenga, director del centro educativo.
El viejo inmueble donde estudian 684 niños y adolescentes fue construido en 1950, su estado es deplorable y se ha convertido en una amenaza para los estudiantes que llegan de diferentes aldeas del sector. Otro riesgo de estos es la proximidad del establecimiento a la carretera pavimentada que comunica El Progreso con Tela, ya que varios menores han resultado atropellados por los vehículos que transitan por ese corredor.
Eso llevó a los padres y maestros a buscar ayuda hace tres años: su lucha tuvo eco a inicios de 2016 ante los miembros de la fundación, que desde hace un buen tiempo ayuda en otras zonas del país.
Educación
Delbin Salgado, alcalde de El Negrito, informó que la obra se encuentra avanzada en un 70% y consiste en la construcción de nueve aulas, oficina administrativa, aula de computación y una amplia cancha para diferentes disciplinas deportivas.
“Confiamos que en la primera quincena de julio estamos inaugurando el nuevo edificio. Estamos alegres porque los jóvenes tendrán un lugar digno para estudiar; el viejo local es una amenaza para toda aquella persona que en él permanezca, en especial los alumnos y maestros”, manifestó.
Salgado agregó que desde hace varios años conocía el problema, pero la falta de fondos no le permitía iniciar, por lo tanto hasta que llegó la mano amiga de la ONG comenzaron los trabajos.
En el centro estudian niños del primero al noveno grado de la aldea Toyos, Las Metalias, El Portillo, El Aguacate, El Naranjo, La 34, Guaymón y Las Delicias. José Alvarenga agradeció a las autoridades edilicias y a la organización altruista. “Para nosotros era difícil iniciar un complejo como ese, pues la mayoría de padres son agricultores y carecen de suficientes recursos”. Representantes de la fundación expresaron que la meta es ayudar a la población infantil más necesitada de Yoro y el resto de Honduras.