25/04/2024
10:51 AM

Infantes de Estados Unidos se roban el corazón de los misquitos

Desde su llegada al país estuvieron acantonados con la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo, en la Base Aérea Soto Cano, ubicada en Comayagua, zona central del país.

Puerto Lempira, Honduras.

Este mes concluyó la misión del personal y equipo del cuerpo de infantes de marina de Estados Unidos, lo que causó nostalgia y tristeza en los corazones de los pobladores y en especial en el de los niños.

Este grupo de la Fuerza de Tarea Sur de Propósito Especial Aeroterrestre comenzó a llegar a Honduras desde junio de este año para llevar a cabo ejercicios conjuntos con las Fuerzas Armadas de Honduras.

Las acciones se realizan en el marco de la cooperación en la preparación contra desastres naturales, narcotráfico y crimen organizado.

Durante el tiempo que permanecieron en el país, los infantes de marina participaron en actividades de servicio a la comunidad.

En esta ocasión construyeron aulas en tres centros educativos en el municipio de Puerto Lempira, departamento de Gracias a Dios.

Asimismo, mejoraron la pista de la comunidad de Mocorón, siempre en el mismo municipio.

Su misión concluyó con la construcción de dos aulas en el jardín de niños Víctor Hugo Echeverría, en donde las condiciones de las instalaciones del centro educativo no eran adecuadas. Con estos nuevos espacios podrán recibir clases en mejor estado.

Erin Mick, comandante del pelotón de ingenieros, contó que las obras iniciaron con la excavación y el levantamiento de las bases.

Luego inició la edificación de las paredes; hasta cierta altura se hizo con bloques de concreto y después se continuaron con madera.

Una vez que concluyeron esta parte se instaló el techo y se montó el piso. “ Este fue un trabajo completamente nuevo, construido por nosotros”, manifestó Mick. Solo en este centro de educación prebásica se verán beneficiados 85 niños que asisten diariamente. También las labores de los infantes de marina abarcaron el jardín de niños El Porvenir, que recibe unos 45 menores y el centro educativo Luky Yabayak con 35 estudiantes.

En cada uno de estos centros se construyeron dos aulas para reducir un poco las limitantes que tiene el sistema educativo en este sector del país. Mick expuso que los fondos para estos trabajos son de la Fuerza de Tarea Sur de Propósito Especial Aeroterrestre.

Inversión

En las tres escuelas se invirtió aproximadamente 250 mil dólares.

Explicó que todos los gastos los cubrió este equipo de trabajo, pero algo importante es que todos los materiales que se usaron para las aulas se compraron en la comunidad.

Esto se llevó a cabo con un contratista local, esto permitió que el dinero fuera reinvertido en los negocios de la comunidad.

“Empezamos a construir la primera escuela desde el 10 de julio exactamente”, recordó.

Para la construcción de los tres proyectos educativos participaron 50 infantes de marina que son ingenieros.

Al mismo tiempo reconoció la participación de los pobladores de Puerto Lempira para dar seguimiento a su misión humanitaria.

Mick agregó que para llegar a mejorar estos centros todo se hizo a través de la coordinación de la Secretaría de Educación y el Comando Sur. Añadió que para todo el grupo fue una bonita experiencia haber trabajado con la comunidad.

Cabe señalar que las aulas fueron dotadas con pupitres, pizarras y otros materiales.

Eduardo Chow, alcalde de Puerto Lempira, agradeció a los infantes de marina por haber realizado las obras.

Consideró que la educación es un tema principal que impulsarán en diferentes formas.

Para el caso, la llegada de la misión ayuda grandemente a la población estudiantil del municipio y zonas aledañas.

“Estas obras en las tres escuelas las aceptamos muy grandiosamente”, expresó. Según el alcalde, en las últimas décadas ha existido mucha migración de pobladores de zonas aledañas a Puerto Lempira.

Exteriorizó que desde hace 10 años se dejaron de construir escuelas y la población ha crecido.

Calculó que hay un déficit de al menos 70 aulas escolares y lo que les preocupa es que si no comienzan a trabajar en esta deficiencia el próximo año, tendrán que esperar hasta cuatro años más.

No obstante, refirió que los habitantes de La Mosquitia desean las instalaciones de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, en la cual ya se está trabajando.

“Al parecer ya se tiene el terreno para el edificio y están trabajando para obtener los fondos de la construcción”, informó.

Beneficiada

Chorly Allen es una madre que tiene estudiando a su hija en el jardín de niños Víctor Hugo Echeverría. Ella se sumó a las muestras de agradecimiento a los infantes de marina por el mejoramiento de las instalaciones de este centro educativo.

“Aquí es difícil porque somos pobres y luchamos por salir adelante. Agradecemos por este kinder”, manifestó.

En relación a los trabajos de la pista de aterrizaje ubicada en Mocorón, Jeremy Sapp, asesor de logística del cuerpo de infantes de marina, detalló que desde un principio se aseguraron de que el terreno estuviera plano. Luego cortaron algunos árboles para que no estropeen la zona de aterrizaje. Después se cubrió con un material especial que endurece y compacta la pista, la cual cuenta con los estándares de seguridad. La longitud es de 300 pies y 80 pies de ancho.

“La vida útil es hasta cinco años, después de este tiempo hay que reevaluar la pista para ver qué es lo que se tiene que mejorar en ella”, concluyó.

El día de la inauguración de la última escuela hubo mucha emoción y actividades artísticas.