Dikson Arón Córdova dejó una niña que dependía económicamente de él; Jesús Adony Alvarado dejó a su esposa embarazada y a otra pequeña hija; y Edin Josué Umaña se fue con la promesa de enviar dinero a su madre para su tratamiento contra la diabetes.
La comunidad de Nuevo Porvenir se unió en un hecho sin precedentes para atender y dar un velatorio digno a sus tres hijos.
Las tres familias se quedaron sin los hombres que les llevaban el sustento y que emigraron con el sueño de apoyarlos para que todos pudieran vivir mejor.
Ayer los tres fueron enterrados en medio del profundo pesar de sus deudos, pero ahora la pregunta que muchos se hacen en su pueblo Nuevo Porvenir es ¿y ahora qué sigue? Además de enviar un mensaje para exigir justicia para que los responsables de sus muertes no queden impunes, lo que viene para las familias son preocupaciones económicas.
Los tres muchachos fallecidos de Protección que emigraron junto al joven Cristhian Javier Carranza Toro y Juan Carlos Tróchez, dos de los ocho sobrevivientes que también son de ese sector del país, para poder viajar hacia Estados Unidos con un coyote, tuvieron que endeudarse.
Ahora, los fallecidos y los sobrevivientes no solo perdieron los más de 16,000 dólares (unos L400,000) que les cobró a cada uno el coyote que les prometió pasarlos a Estados Unidos, sino que gran parte de ese dinero lo consiguieron con préstamos y lo adeudan.
LA PRENSA conversó con el padre de Cristhian Javier, Samuel Carranza, originario del vecino municipio de Naranjito, Santa Bárbara, y contó la delicada situación en la que está su hijo que también emigró dejando a su esposa embarazada y hoy sigue debatiéndose entre la vida y la muerte, ya que es uno de los que está entubado y tiene varias quemaduras.
Él señaló que si bien aconsejó a Cristhian para que no se fuera, cuando ya el joven estaba decidido, como familia lo apoyaron. Contó que para poder viajar, el coyote les cobró 16,000 dólares, y la primera mitad de ese monto se lo pagaron en la terminal de San Pedro Sula, y la otra parte en México.
Como padre, señala que ahora les toca enfrentar la deuda, ya que algunos de los que prestaron el dinero ya lo empezaron a cobrar al conocer la tragedia que golpeó a los muchachos. Cree que México debería indemnizar a estas familias, ya que sus hijos perdieron la vida cuando estaban en su custodia, por lo tanto, debe responder por sus vidas y juzgar a las personas responsables de sus muertes.
También se sumó al clamor de los que piden justicia y espera que su hijo se logre recuperar por lo que sigue orando por que se complete el milagro.