El Servicio Meteorológico Nacional, SMN, informó ayer que los vientos que se registraron el lunes 14 de febrero, cuando se accidentó el avión Let 410 de la Central American Airways, eran más fuertes que los registrados el día en que se estrelló el avión de pasajeros de Tan-Sahsa en 1989.
En su informe presentado a la Dirección de Aeronáutica Civil, DGAC, respecto a la situación climática que imperó el día del accidente en horas de la mañana, el SMN señala que los vientos al momento del accidente estaban entre 90 y 98 kilómetros por hora, y que éstos se pudieron extender hasta 2,000 pies de altura a partir de la montaña.
Francisco Argeñal, experto del SMN, dijo que eso es superior a lo que se reportó el día del accidente de 1989, cuando el avión de Tan-Sahsa se accidentó en ese mismo lugar.
Agregó que se solicitó la ayuda de la empresa que construye el parque eólico en Cerro de Hula para determinar la velocidad de los vientos debido a que el SMN no cuenta con el equipo necesario.
Esos vientos, de 98 kilómetros por hora, produjeron una fuerte turbulencia en la zona, lo que pudo influir para que se accidentara la nave, lo que dejó como saldo la muerte de 14 personas.
Consultado sobre la influencia del clima en un accidente, el piloto Fernando San Martín dijo que “hay muy poca influencia, salvo que un rayo parta un avión”.
Argeñal destacó la necesidad de adquirir mayor equipo para realizar alertas tempranas a los pilotos. Es imperativo para evitar más accidentes, pues los pilotos deben hacer su aproximación por instrumentación a Toncontín.