”Vas a estar en nuestros corazones”, reza en un pasaje la carta que Aaron Muñiz escribió en dedicatoria a su amigo y compañero de escuela Daniel Lazo (9), el niño hondureño asesinado junto a otras cuatro personas el viernes en San Jacinto, Texas, cuando Francisco Oropesa irrumpió en su vivienda.
Con un dibujo que el menor hizo en que se muestra al niño fallecido, a Dios “recibiéndolo” y la “puerta del cielo”, Aaron relató a Telemundo que “Daniel era el mejor amigo en el mundo y era el mejor portero en el soccer (fútbol)”.
En un pequeño santuario conmemorativo a las víctimas, frente a la residencia donde ocurrió la masacre, varios vecinos de San Jacinto y amigos de Daniel, cuya madre, Sonia, también fue asesinada, se ven peluches, flores, veladoras y otras dedicatorias como cartas. Igual que la de Aarón, quien externó en la misma cuánta falta hace Daniel, el niño hondureño que fue llevado cuando era un pequeño hacia Estados Unidos en busca de mejores oportunidades y calidad de vida.
“Él va a estar en nuestros corazones y nunca lo vamos a olvidar”, declaró Aaron a Telemundo.
Wilson García, padre de Daniel y esposo de Sonia, no contuvo las lágrimas cuando leyó la carta y escuchó las palabras de Aaron. “Soñaba con ser futbolista”, dijo. Ahora, enlutado, quedó junto a sus dos hijos sobrevivientes, un menor recién nacido y una niña de dos años.
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Oropesa, un caso histórico
Las autoridades de Texas informaron este miércoles de varios arrestos en el caso del tiroteo del fin de semana en la localidad de Cleveland, que se cobró la vida de cinco ciudadanos hondureños.
Las detenciones se suman a la del mexicano Francisco Oropesa, el principal sospechoso de la matanza, quien fue arrestado el martes después de una persecución de varios días.
Tim Kean, de la oficina de alguacil en el condado San Jacinto, dijo hoy a la prensa que se habían efectuado “varios arrestos” en la captura de Oropesa y que “otros están pendientes dependiendo de la investigación en curso”.
“A esta altura es posible que tengamos el arma, pero tenemos que esperar al informe de balística”, añadió.
Oropesa, de 38 años, es sospechoso de la muerte de Daniel Enrique Lazo, de 9 años; Sonia Argentina Guzmán, de 25; Diana Velásquez Alvarado, de 21; Obdulia Molina Rivera, de 31, y José Jonathan Cáceres, de 18 años.
El mexicano fue descubierto cuando se ocultaba en un armario en la localidad texana de Cut and Shoot, a pocos kilómetros del sitio de la matanza, y enfrenta cinco cargos de asesinato.
Agentes fronterizos aprehendieron al sospechoso sin incidentes, indicó anoche Troy Miller, director interino de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP).
Por su parte el alguacil del condado de San Jacinto (Texas), Greg Capers confirmó que la persona que dio al FBI la información que condujo a la captura recibirá una recompensa de 80.000 dólares.
El viernes por la noche Oropesa estaba disparando con su fusil semiautomático en el jardín de su casa en Cleveland cuando uno de sus vecinos se le acercó y le pidió que dejara de hacer ruido porque era muy tarde y la familia, incluidos unos niños, no podía conciliar el sueño.
El hombre respondió irrumpiendo en la vivienda de sus vecinos para dispararles en el cuello y la cabeza, como si se tratara de una “ejecución”, de acuerdo con el informe policial.
Una de las víctimas, Diana Velásquez, tenía residencia permanente en EE.UU., mientras que el resto se encontraban en el país de forma irregular.
Según las autoridades estadounidenses, Oropesa había sido deportado a México al menos cuatro veces desde 2009.