Las largas horas de entrenamiento valieron la pena. Ni el impetuoso sol, ni el cansancio, ni el hambre se antepusieron al incesante fervor de miles de jóvenes que celebraron en grande los 202 años de independencia de Honduras.
Tegucigalpa fue el epicentro dela gran fiesta cívica que se replicó en cada rincón del territorio hondureño.
A las 6:00 de la mañana, siete cañonazos que explosionaron en la cúspide del cerro Juana Laínez, estremecieron el corazón emocionado de los primeros institutos convocados a los desfiles.
El estallido también aceleró el corazón de cientos de personas que llegaron desde horas de la madruga a hacer fila para ingresar al Estadio Nacional.
La Banda de los Supremos Poderes entonó las sagradas notas del Himno Nacional, luego que la presidenta Xiomara Castro pasara por una alfombra roja en la plaza central Francisco Morazán de Tegucigalpa, donde se dio el grito de la independencia.
Jorge Aldana, alcalde de la capital, leyó el acta de independencia en presencia de los presidentes de los tres poderes del Estado, Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Castro gritó “¡viva Honduras, viva Centroamérica, viva la República, viva la independencia!”, dando como inaugurada la celebración, acompañada con ofrendas florales al busto del general Morazán.
En la capital unos 80 centros educativos seccionados en siete bloques desfilaron a paso lento por el bulevar Suyapa, extendiéndose el acto hasta el anochecer.
Primero entró al estadio Nacional José de La Paz Herrera la escolta de banderas, seguido del Centro de Educación Prebásica y Básica Especial Gubernamental Cire.
A eso de las 8:00 am los alumnos del Instituto Central Vicente Cáceres encendieron el ambiente con sus presentaciones, pero tuvieron que esperar hasta después de las 11:00 am para entrar al coloso capitalino debido a que la marcha de la Resistencia del Partido Libertad y Refundación (Libre) llegó a eso de las 9:15 am, encabezada por el expresidente Manuel Zelaya Rosales y un grupo de funcionarios del Estado.
Al mediodía nuevamente, en cadena nacional se entonó el himno nacional por Daniela Mejía y la presidenta Castro ofreció su discurso.
El acto cultural fue reducido a un miniconcierto de rock, mientras de entre las nubes aparecían 15 paracaidistas, 13 hombres y dos mujeres, quienes hicieron un salto libre perfecto, ya que todos cayeron adentro del estadio.