El gobierno de Estados Unidos negó haber entregado a Honduras aeronaves de guerra, como lo afirmó el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, informó hoy una fuente diplomática.
La Embajada de Estados Unidos en Managua desmintió en un comunicado la supuesta afirmación de Ortega hecha el viernes pasado, tras visitar al cardenal Miguel Obando y Bravo.
La fuente se refiere a los reportes de los medios de comunicación locales del sábado pasado, en los cuales se cita al presidente manifestando que sería 'absurdo' destruir los misiles nicaragüenses SAM-7 porque, 'recientemente el gobierno norteamericano aprobó renovar la flota aérea de guerra de Honduras'.
La legación diplomática señala que Honduras, como país autónomo y soberano, no necesita 'aprobación' de otro gobierno para renovar su flota aérea.
Agrega que, adicionalmente, el gobierno de Estados Unidos no está entregando ninguna aeronave de guerra a Honduras.
Estados Unidos y Honduras comparten una larga relación de cooperación entre sus fuerzas militares, principalmente para combatir el tráfico de drogas, añade la fuente.
Afirma que desde hace mas de un año, el gobierno de Honduras decidió usar un fondo donado por el Gobierno estadounidense para comprar ocho aeronaves, conocidas como 'Storm Rally', las cuales son aviones pequeños, para una o dos personas.
'Los Storm Rally serán usados para vigilancia aérea encaminada a detectar y desalentar las actividades de los narcotraficantes. También se destinarán a operaciones de búsqueda y rescate de personas y de apoyo en casos de desastres naturales', insiste la embajada.
La sede diplomática enfatiza que 'estos aviones no tienen ninguna capacidad ofensiva y todavía no han sido entregados al gobierno hondureño.'
Agrega que el gobierno de Nicaragua, tanto como otros países en Latinoamérica, también recibe estos fondos estadounidenses conocidos como programa de Financiación a Fuerzas Militares Extranjeras, orientados a la modernización de sus fuerzas armadas.
La fuente destaca que 'manifestamos estar orgullosos de la estrecha relación de colaboración con Honduras y los otros países en Centroamérica para combatir el flujo de narcóticos en la región'.
Insiste en que el gobierno estadounidense espera que Nicaragua continúe en el camino ya establecido de desarme y destrucción de todos los misiles SAM-7.
El ejército de Nicaragua tiene en sus arsenales 1.100 cohetes tierra-aire del tipo SAM-7.
Desde 2006 hay en la Asamblea Nacional dos iniciativas de ley que plantean la destrucción de estos misiles, que el gobierno de Managua considera son armas defensivas.
La posición de las Fuerzas Armadas de Nicaragua ha sido que el 20 por ciento de estos misiles no deben de ser destruidos porque se necesitan para la defensa del país.