San Pedro Sula, Honduras
A practicar misericordia y romper las cadenas del corazón para encontrar libertad en Jesucristo fueron llamados los privados de libertad del presidio de San Pedro Sula en una homilía ofrecida ayer por monseñor Ángel Garachana.
El salón de usos múltiples del módulo de rehabilitación de la Virgen de la Merced fue la sede para que una veintena de presos escucharan el sermón que Garachana dio para llevar paz a los corazones y para hablar el verdadero sentido de la Navidad.
En medio de cantos y de un gran nacimiento, el servicio arrancó con el encendido de la candela del centro de la Columna de Adviento, que anuncia el nacimiento de Cristo y el fin del tiempo de preparación espiritual.
“¿Qué sentimientos les despierta la Navidad?”, fue la pregunta con la que monseñor comenzó su mensaje y cuestionó a los presentes al enfatizar que este tiempo es especial en todo sentido, pero más en el área cristiana.
“Queremos que el sol de Jesús nunca se oculte de este centro penal. El deseo de esta Navidad es que la paz de Dios reine en los corazones y en el mundo entero. El Papa declaró que es el año de la misericordia, al cual llamamos Año de Jubileo”.
Bajo estos principios, Garachana exhortó a los presos a practicar la misericordia y recordar que si Dios envió a su único hijo y perdonó a la humanidad en la cruz del calvario todos deben perdonar a sus enemigos y hacer misericordia con los necesitados y solitarios.
“Jesús es el salvador, libertador y el que transforma los corazones. No pueden romper los barrotes de esta prisión, pero los de su corazón sí lo pueden hacer en Él. Dios te dice te quiero. En Jesús pueden encontrar la libertad”, agregó.
Aprendizaje. Agradecido con Dios y con la oportunidad de servir en el presidio está Wilmer Castellón, un docente de primaria que funge como maestro de la escuela Mario Leonel Zepeda en el interior del presidio desde que fue encarcelado. Castellón lleva cinco años realizando el nacimiento y ha formado cerca de 1,500 presos que estudiaron la primaria desde el año 2000.
La ayuda de los programas de formación educativa y espiritual que brinda la Pastoral Penitenciaria de la Iglesia Católica es vital para las labores de rehabilitación.
“Comenzamos este nacimiento en una esquina y ahora cubre un tercio del salón. Muchos jóvenes que están presos han colaborado a crear esto y se han sorprendido del talento que poseen. Aún en el ambiente del presidio motivamos a los compañeros a que estudien y que hagan cosas positivas.
La Navidad es algo hermoso, estoy contento de haber hecho todo esto, pues salgo libre en 2016”, finalizó.