20/12/2025
01:26 PM

En Francia, mujer vivió aterrorizada y violada por su padre durante 28 años

Una mujer de 45 años, Lydia Gouardo, habitante de la ciudad de Coulommes, a unos 40 km al este de París, conoció una situación semejante a la de la austríaca Elisabeth Fritzl, al haber sido violada, secuestrada y maltratada por su padre entre 1971 y 1999, del cual tuvo seis hijos.

    Una mujer de 45 años, Lydia Gouardo, habitante de la ciudad de Coulommes, a unos 40 km al este de París, conoció una situación semejante a la de la austríaca Elisabeth Fritzl, al haber sido violada, secuestrada y maltratada por su padre entre 1971 y 1999, del cual tuvo seis hijos.

    Si bien Lydia Gouardo no permaneció encerrada como la mujer austriaca, su padre, Raymond, consiguió mantenerla siempre junto a él, desde su infancia hasta los 36 años, aterrorizándola gracias a la negligencia de la justicia y de los servicios sociales.

    Raymond Gouardo, que no era el padre biológico de Lydia, pero que la había reconocido como hija, murió en 1999, sin haber sido juzgado.

    Su compañera, Lucienne Ulpat, de 68 años, fue condenada el 18 de abril por la justicia a cuatro años de prisión condicional, por 'no impedir un crimen' y por 'agresión sexual' de uno de los hijos de Lydia.

    El drama de Lydia comenzó en 1971, cuando tenía ocho años. Su madrastra le 'sumergió las piernas en agua hirviente', provocándole quemaduras de tercer grado. Lydia fue hospitalizada unos veinte días.

    Como las quemaduras exigen curaciones importantes, Raymond Gouardo le impidió ir a la escuela y la mantuvo constantemente junto a él, violándola, torturándola y secuestrándola.

    Cuando tenía 10 años, Lydia comenzó a escaparse de su casa, pero la policía y los gendarmes la devolvieron regularmente a su padre.

    De su lado, los servicios sociales, que la atendieron desde los 10 hasta los 18 años, al parecer nunca se enteraron de nada.

    Mayor de edad, Lydia no consiguió escapar al control del hombre que la aterrorizaba.

    Cada vez que ella 'hacía una tontería' el padre la quemaba con ácido clorhídrico, por lo que hoy tiene cicatrices en los brazos, la espalda y el vientre.

    A pesar de que las autoridades sanitarias intervinieron decenas de veces, nunca llegaron a tomar cartas sobre el asunto.