Debido a estos grandes avances, nuestra época ha sido bautizada como “la era de la comunicación”, pues en estos días las personas tienen la oportunidad de conocer y comunicarse con gente de todo el mundo.
Irónicamente con esta era también se ha presentado un fenómeno que es el deterioro de las relaciones interpersonales, o sea, las pláticas cara a cara con los seres queridos.
Celulares, redes sociales, chats, messengers y videojuegos son los problemas que afectan a la familia.
Moneda de dos caras
Magdalena Turcios, psicóloga del programa de atención para adolescentes del hospital Mario Rivas, considera que la tecnología de entretenimiento y de comunicación es una moneda de dos caras.
“Es indudable que hay un sinfín de ventajas hoy en día con las facilidades que da la tecnología; pero es el abuso de ésta lo que la hace perjudicial”, expresó la psicóloga.
Turcios tiene en el hospital la oportunidad de escuchar muchos casos en el que los jóvenes le revelan que no tienen la atención que quisieran por parte de sus padres.
“Una de las causas por la que los jóvenes buscan tan desesperadamente comunicarse por Internet o el celular es porque en sus casas no tienen esa relación de confianza con sus padres; en la adolescencia hay una gran necesidad de afecto y atención. Cuando esto no se da en la familia, los hijos terminan pidiendo consejos sobre decisiones importantes a personas que no deberían recurrir, como a un amigo de colegio o incluso a un desconocido”, declaró la psicóloga de ese centro asistencial.
La doctora declaró que los padres se quejan especialmente de que sus hijos se han enviciado al celular y al Facebook; pero paradójicamente los hijos se quejan de que los padres ven demasiada televisión.
“Cuando una familia llega a recibir orientación lo primero que analizamos es cómo está la dinámica familiar; preguntamos a los padres si saben cómo se encuentra su hijo, si sabe qué cosas hace, si conoce a sus amigos o si no los tiene. Después de evaluar éstos y otros factores hemos descubierto que algunos padres no saben absolutamente nada de sus hijos, está de más decir lo preocupante que resulta eso”, reveló Turcios.
La orientadora del Rivas dijo que los padres normalmente cometen el error de tratar de imponerse sobre los hijos cuando lo que deben hacer es educar y formar. “A medida va pasando el tiempo va creciendo la brecha entre padres e hijos cuando no se enfrenta el problema; las familias deben saber que pueden buscar ayuda”, comentó.
Peligros en Internet
La profesional advirtió sobre los peligros que afrontan los menores que usan sin restricciones la tecnología.
“Hay un serio problema con la pornografía entre los jóvenes, por eso siempre trato de recomendarle a los padres que observen cómo actúan sus hijos, que mantengan una supervisión sobre ellos cuando usan la computadora y la televisión. Por descuidos la imagen de un joven puede ser dañada”, expresó la psicóloga.
Reveló que como psicóloga del centro juvenil del hospital Rivas ha podido percibir cómo se va acrecentando el problema en la sociedad, ya que tanto en televisión como en Internet los jóvenes pueden acceder a una cantidad de material indebido. “En Facebook vemos muchas jovencitas publicando fotos indebidas, esto se debe a que se han perdido los valores porque las muchachas que hacen esto quedan expuestas a consecuencias no sólo por las fotos, sino también porque dan demasiada información personal y confidencial. Si los jóvenes no reciben la orientación y la guía necesaria para poder discernir en qué momento están cometiendo un error ellos se dejarán guiar por sus impulsos porque nadie está ahí para frenarlos”, comentó la consejera.
Efectos directos
El uso excesivo de videojuegos, redes sociales, celulares, chats y la televisión puede crear rápidamente una adicción en cualquier usuario, al que posteriormente le trae efectos directos.
“Las personas que desarrollan una adicción a los aparatos electrónicos pierden la capacidad de interrelacionarse con otros y de resolver problemas. Las personas introvertidas, por ejemplo, agravan su condición porque se refugian en un mundo ficticio que les impide desenvolverse o superar esa condición”, dijo la psicóloga.
Turcios consideró que son los padres los que tienen la responsabilidad de establecer reglas en el hogar, de crear hábitos de convivencia con sus hijos y de evitar que los jóvenes abusen del uso de la tecnología o que la utilicen para actos indebidos. Por su parte, a los jóvenes les aconseja que no se fíen de personas en Internet y que traten de mantener a sus padres al tanto de sus acciones.
“La tecnología no es el problema, sino las familias disfuncionales”
La orientadora familiar Judith García cree que se deben buscar las verdaderas causas de los problemas de comunicación que enfrentan las familias.
“La tecnología no es el problema, sino las familias disfuncionales que tienen fallas graves de comunicación entre sus integrantes”, dijo García. La orientadora es parte de la organización el Teléfono de la Esperanza, adonde se brindan consejos a jóvenes y a padres con diferentes problemas familiares.
“Muchos jóvenes abusan del celular o del Facebook, pero también muchos padres evaden a sus hijos dándoles tecnología.
A veces los padres vienen muy cansados de trabajar y no dedican un momento para sentarse a conversar con sus hijos, ayudarlos con la tarea o tratar de compartir un momento ameno”, declaró. La orientadora comentó además que Internet es un mundo lleno de fantasía en el que personas con malas intenciones pueden engañar a otros usuarios, como adolescentes que en muchos casos son fácilmente manipulables. García consideró que los primeros responsables de una buena comunicación familiar son los padres.