Si tienes espíritu aventurero y quieres nuevas experiencias no puedes dejar de visitar las cuevas de Taulabé en Comayagua.
Este impresionante destino turístico está lleno de historia y de mitos sobre acontecimientos que han ocurrido en su interior.
A pesar de ser un monumento nacional, muy pocas personas se han interesado en adentrarse y vivir esta increíble aventura entre las rocas.
Para conocer este lugar todo lo que se necesita es un par de tenis y 45 minutos disponibles para recorrer los primeros 300 metros habilitados con sistema de iluminación, gradas y pasamanos.
Durante el recorrido deberás darle rienda suelta a la imaginación y admirar las hermosas figuras naturales que se han formado dentro de las cuevas.
Juan Gonzales, uno de los guías del lugar, dijo que hay otros 300 metros denominados “tour extremo”, pues por esa ruta no hay energía eléctrica ni gradas.
“Nosotros le proporcionamos casco y foco al turista, también tiene que hacer un pago extra”, expresó Gonzales.
Pero ahí no termina la aventura, la cueva tiene 921 metros explorados hasta el momento pues nadie se ha atrevido a avanzar más allá.
“Esto es lo que se conoce pero se cree que puede tener salidas en Copán Ruinas, Lago de Yojoa o Santa Bárbara. Lo que más le impresiona a la gente es que hasta el momento no se le encuentre un final”, explicó Gonzales.
Ala del ángel
Las figuras que se forman dentro de la caverna se conocen como estalactitas y estalagmitas y según la historia han tardado miles de años en formarse.
Una de las favoritas de los turistas está a 150 metros del recorrido.
Se trata de una de las formaciones más famosas conocida como “ala del ángel” que tienecentenares de años de haber sido descubierta.
En la cueva también se aprecia una formación conocida como “la sotana del papa”.
Ambas son de las más admiradas por los visitantes. También están otras figuras como la fuente, la cascada, el sombrero, el sapo, perfil de un indio, la serpiente, mandíbula de tiburón y otras.
Dentro de las cavernas también hay filtraciones de agua producto de las lluvias.
“Cuando llueve la roca absorbe el agua en la parte arriba y luego la filtra. Cuando baja trae minerales como calcio y sodio y posteriormente le dan vida a las piezas que se llaman estalactitas y estalagmitas, las primeras crecen puntudas hacia abajo mientras la otra redonda y plana hacia arriba. Ambas crecen un centímetro cada 100 años”, explicó el guía.
Las cavernas tienen ramales accesibles y no accesibles.
Poca promoción
A pesar de ser un lugar impresionante, este sitio turístico tiene muy poca promoción.
“Se necesita más publicidad para que la gente las conozca, se está perdiendo de sacar provecho”, señaló Francisco Bustillo, administrador del lugar
Añadió que reciben pocos turistas extranjeros, pero los que conocen se van impresionados. Quienes más visitan las cuevas son los escolares.
“Este destino es un orgullo para nosotros, esperamos que lo apoyen más”, indicó Bustillo.
Halladas por un accidente
Según la historia las cuevas fueron descubiertas en 1969 mientras una compañía israelita trabajaba para la construcción de la carretera.
Cuando realizaban su labor se derrumbó un tractor hacía abajo y fue así como se descubrió la cueva. Por un tiempo permanecieron abandonadas.
Fueron administradas por el patronato, la Cruz Roja y luego la municipalidad y en 1993 se rehabilitó cómo están hoy en día con la ayuda de la Cooperación Española.
Fran Aguilar, guía del sitio, dijo que ofrecen servicio bilingüe.
Actualmente la temporada es baja pues la alta se da en Semana Santa y acercándose diciembre.