A cinco meses que comenzó el rescate del templo Rosalila, tesoro patrimonial del Sitio Arqueológico Maya de Copán, este avanza de manera oportuna; sin embargo, es el comienzo de un extenso trabajo de conservación que requiere presupuesto.
El templo Rosalila es el edificio más representativo del arte y de la arquitectura de Copán.
Por medio de su investigación arqueológica se ha podido sistematizar información acerca de las técnicas y tecnologías de construcción, los procesos de abandono y otros elementos de la cultura maya, como prácticas religiosas y políticas expresados en la arquitectura monumental.
A tres décadas de su descubrimiento, este monumento se encuentra en un estado de conservación precario.
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Este 4 de enero, por gestión de la Asociación Copán, comenzó la intervención de rescate del templo que presenta deterioros significativos debido al crecimiento de microorganismos sobre sus superficies, como algas, líquenes y hongos, filtraciones de agua, crecimiento de raíces, plagas biológicas y movimientos estructurales.
El primer nivel del proyecto de intervención para conservar Rosalila, gestionado por la Asociación Copán, requirió la colaboración técnica de la Universidad de Harvard por medio del Programa Santander, de la Universidad de Nebraska-Lincoln, Instituto Nacional de Antropología e Historia de México y la Universidad Nacional Autónoma de Honduras a través del Instituto en Arqueoastronomía, Patrimonio Cultural y Natural (Iarpacuna).
Las revisiones iniciales al templo y a los túneles, particularmente el 46, que es la principal ruta de acceso a los cuartos de Rosalila, indican que en el interior había una serie de derrumbes menores, los cuales probablemente resultaron del exceso de humedad en los túneles a consecuencia de las tormentas Eta e Iota en noviembre de 2020.
El arqueólogo Ricardo Agurcia, presidente de Asociación Copán, dijo que el diagnóstico inicial de expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (Inah) de México y de la Universidad de Harvard concluye que aún es tiempo de salvar a Rosalila del deterioro.
Intervención
Los trabajos de rescate comenzaron en enero.Para evitar filtraciones por lluvias, las terrazas fueron repelladas con las mismas técnicas que lo hizo la antigua civilización maya, cuyos principales componentes son arena y cal. La superficie externa fue consolidada antes del inicio de la temporada lluviosa. Se hizo una revisión en la red de túneles que acceden a Rosalila, donde hubo problemas de colapso por saturación de agua.
Un equipo especializado de México dirigido por la arqueóloga Alejandra Alonso, perito conservadora del Inah, estuvo a cargo del diagnóstico e intervención en la fachada este del segundo nivel de Rosalila, la cual estaba en más frágil condición. Los trabajos se completaron en marzo. Ahí se logró la estabilidad física y química con los componentes originales de los elementos decorativos. Además, se evaluaron las intervenciones históricas y se sustituyeron las que ya no protegían las paredes del templo y se hizo una limpieza mecánica y química.
| patrimonio. Templo 16 ya con todas las terrazas consolidadas. Abajo se encuentra Rosalila, en donde también se restaura. fotos: mariela tejada
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Se hizo un registro de los hallazgos con la técnica de fotogrametría digital, con la que se identifica y registra minuciosamente el tipo de deterioro existente para organizar el trabajo en equipo.
Con la fotogrametría se hizo un mosaico con más de tres mil fotografías de alta resolución y su posterior procesamiento de casi 200 millones de puntos. Con base en este estudio se determinó que el área en mayor peligro del edificio era la fachada este.
Mucho trabajo
A pesar de los avances en la conservación, el presidente de Asociación Copán dice que hace falta mucho trabajo que cubrir en el templo.Para los trabajos programados, en los próximos seis meses se concluirá el registro Lidar, el cual comenzará el 6 de junio con equipo de personal técnico de México. El levantamiento de campo se realizará en cuatro semanas y luego se procesará la información.
| patrimonio. Templo 16 ya con todas las terrazas consolidadas. Abajo se encuentra Rosalila, en donde también se restaura. fotos: mariela tejada
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Se requieren alrededor de nueve millones para garantizar trabajos de rescate para los próximos dos años. “Quisiéramos que el Gobierno cumpliera con las ofertas financieras que hicieron el año pasado para continuar con los trabajos para el próximo año, porque ya tenemos el componente técnico, pero hace falta el financiamiento para pagar personal técnico, jornales y los materiales”.