Comenzó la guerra en Libia. La denominan “Odisea al Amanecer”. Las fuerzas unidas de Francia, Estados Unidos, Reino Unido, Italia y Canadá están haciendo uso de su poderío para someter al dictador Muamar al Gadafi quien no dudó en contraatacar para defenderse teniendo como blancos, incluso, a los civiles.
El ataque es abierto e inició pese a que horas antes de la ofensiva, Gadafi ordenó parar los ataques contra los rebeldes en Bengasi.
Aún así el plan avalado por la Organización de Naciones Unidas, ONU, no se detuvo.
Las bombas eran lanzadas por aire y mar. Barcos de guerra y submarinos norteamericanos y británicos hasta anoche habían lanzado más de 112 misiles Tomahawk logrando alcanzar más de 20 objetivos, según el Pentágono.
}Sin embargo, con el inicio del combate también empieza el conteo de muertos. Un balance provisional establecía anoche un promedio de 48 bajas civiles aunque la televisión libia publica un primer reporte en el que señalaba que habían ya 48 heridos y 150 muertos.
El primer ataque fue lanzado por aviones franceses que destrozaron cuatro tanques libios en el suroeste de la ciudad de Bengasi.
Tras la primera embestida aérea francesa, Estados Unidos y Reino Unido iniciaron sus bombardeos desde el mar.
El Pentágono anunció que Canadá e Italia también se sumaron al combate.
En primera instancia, las defensas aéreas de Gadafi han sido “severamente dañadas” por el ataque, según confirmó un funcionario de seguridad nacional estadounidense.
Gadafi responde
El dirigente libio Muamar Gadafi ordenó de inmediato el contraataque. Las ráfagas de disparos antiaéreos resonaban en Trípoli, la capital de Libia.
El fuego de las tropas leales a Muamar Gadafi tiene como objetivo los aviones que sobrevuelan la capital. El fuego anti-aéreo era seguido por explosiones y disparos de artillería, al son de continuos gritos de “Dios es grande”. Al mismo tiempo, las fuerzas del dictador libio están bombardeando la ciudad de Bengasi, según informa la cadena de televisión Al Jazeera. Las tropas de Gadafi están atacando las posiciones rebeldes desde tanques apostados en las afueras de la ciudad. También han usado obuses. Algunos residentes han huido a las mezquitas para protegerse.
Gadafi afirmó que los “depósitos de armas” están abiertos para defender a Libia, a raíz de la operación militar occidental contra su régimen.
En una grabación sonora difundida por la televisión oficial libia, el dirigente amenazó con convertir el Mediterráneo en un “verdadero campo de batalla”, asegurando que atacará “cualquier objetivo civil o militar” en la cuenca mediterránea.
Gadafi calificó los ataques aéreos de la coalición occidental como una “agresión cruzada injustificada” contra la que “el pueblo libio luchará”.
El dirigente libio llamó “a los pueblos árabes, africanos y latinoamericanos a apoyar al pueblo libio”.
Luz verde tras la cumbre
La operación militar contra Gadafi en Libia, arrancó poco después de celebrarse una cumbre en París.
El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, dijo al término de la cumbre de emergencia efectuada el sábado en París que los 22 participantes en la reunión “acordaron aportar todos los medios necesarios, en particular los militares” para obligar a Gadafi a que respete la resolución en la que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas le ha exigido un cese el fuego, dijo Sarkozy.
La secretaria de Estado de EUA, Hillary Clinton, también participó en la cumbre.
“Nuestro compromiso es a largo plazo: no permitiremos que el coronel Gadafi y su régimen continúen desafiando la voluntad de la comunidad internacional y que menosprecie de esa manera a su pueblo”, se dijo en el texto emitido al final de la cumbre.
“Mantendremos nuestra asistencia a los libios para que puedan reconstruir su país, siempre conforme al pleno respeto de la soberanía y la integridad territorial de Libia”, según el comunicado.
Pero no todos lo apoyan. Al menos nueve países se han declarado opositores y la lista la encabeza Alemania, seguida de Rusia, Venezuela, Cuba y Bolivia.
Alemania, junto a otros cuatro países, se abstuvo el pasado viernes en la votación de la resolución 1,973 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que avala el establecimiento de una zona de exclusión aérea en Libia y la adopción de todas las medidas necesarias para proteger al pueblo libio.
Rusia por su parte, fue el primer país en condenar la operación internacional contra el régimen libio después de que Gadafi anunciara un alto el fuego.
Escudos humanos
Miles de partidarios del régimen de Gadafi, al inicio del sobrevuelo de los aviones de la coalición, se tomaron las calles de la capital y se concentraron junto a las zonas militares para convertirse en escudos humanos y tratar de impedir el ataque de las fuerzas extranjeras.
“¡Alá, Muamar, Libia ubes! (Dios, Gadafi, Libia y nada más)”, gritaron los jóvenes pro-Gadafi en Bab el Azziziya, el cuartel general y residencia del coronel Gadafi. Hubo disparos al aire, bocinazos de coches, derrapes y atascos kilométricos que colapsaron los accesos a la vieja ciudad de Trípoli.
Sirte, la ciudad natal de Gadafi, fue blanco de misiles y de ataques aéreos de la coalición internacional.