La figura del brequero mide más de dos metros y es una de las más famosas de “La Perla del Ulúa”.
Con su característico overol, botas y linterna en mano es admirada por cuanta persona transita por el bulevar Canaán, donde permanece desde hace más de dos años. El brequero es quien daba las señales a los maquinistas que manejaban el tren.
Al igual que él, el cacique atrae la atención de propios y extraños, tanto que no pierden la oportunidad para tomarse una foto junto a él.
Este indio, como le llaman muchos, fue el primer habitante de la aldea Río Pelo, primer nombre con el que fue bautizado El Progreso. Las historias que se tejen en torno a ellos son reales y verlos es como conocer la identidad de los progreseños, con sus ideales y sueños.
Son monumentos que adornan la ciudad y que fueron construidos como un legado para los habitantes. “Buscamos recuperar la identidad y además, atraer el turismo”, dijo Pilo Tejeda, director de turismo municipal.
Un breve recorrido
A pocos metros del puente La Amistad se encuentra el monumento Huelga 1954, construido en homenaje a los hombres y mujeres que lucharon por las conquistas laborales.
A un costado y sobre el bulevar Canaán está situada la Plaza El Bananero. El racimo de guineos que está sobre sus hombros, representa el cultivo del cual sobreviven centenares de progreseños. Otra de las obras es El Progresista, un reconocimiento hecho a los empresarios que engrandecen a diario esta ciudad y de él emerge un reloj, ícono de los progreseños. La lista de los monumentos es larga, pero honor a quien honor merece, por ello los miembros del Cuerpo de Bomberos no se podían quedar atrás. En agradecimiento a la labor y compromiso con la ciudadanía se construyó la Plaza Los Bomberos, ubicada frente a la estación.
“Nos sentimos orgullosos y agradecidos por habernos tomado en cuenta con este monumento”, expresó el comandante José Durón Padilla. El parque El Obrero también es insigne, allí se observan hombres y mujeres en plena faena, pues la ciudad de El Progreso se ha caracterizado por la laboriosidad de sus pobladores.
“Lo único que nos falta es el monumento a La Madre, no es posible que no le hagamos mérito a este ser tan especial para todos”, comentó Tejeda.
Parte de la historia
Hacia la salida a Tela se encuentra El Obelisco o el monumento A la Paz, el más antiguo y que por años ha sido la insignia de “La Perla del Ulúa”.
El reloj localizado en el parque Ramón Rosa en el año de 1925 es una verdadera joya para los progreseños. El artífice de estas monumentales creaciones es Raúl López, quien por años se ha dedicado a embellecer y a dar vida a la historia de los progreseños. “Me tardé unos dos meses en elaborarlas porque me gusta que se vean bien. Me identifico con todas las que he hecho, pero en especial la del Cacique Canaán”, comentó López, quien asegura su arte es nato porque no tuvo la oportunidad de estudiar.
“Siempre soñé con hacer esculturas y se me cumplió”, dice.
