Sus aguas cristalinas, playas blancas, hermosos arrecifes de coral, cuevas naturales, el avistamiento del tiburón ballena, la endémica iguana negra, el buceo de bajo costo, el calor y color del Caribe y la existencia de diversos tipos de biodiversidad marina y terrestre hacen de la isla hondureña de Utila un sitio ideal para hacer turismo en Honduras.
Desde balcones de hoteles en la orilla de la costa es común ver nadar mantarrayas, tortugas carey que están en peligro de extinción y una amplia variedad de criaturas multicolores, entre ellos el pez loro.A eso se suman la seguridad en la isla, su rica gastronomía, hoteles que van desde un modesto precio de 10 dólares la noche hasta la comodidad y el lujo que ofrecen habitaciones que superan los 500 dólares diarios. El turismo y la pesca son las principales fuentes de ingresos de los habitantes de Utila. Utila mide unos 44 kilómetros cuadrados, 11 de largo por cuatro de ancho, aproximadamente.
Utila ubicada en el departamento de Honduras de Islas de la Bahía no ha escapado del daño en algunos de sus sitios naturales como sabanas, arrecifes y manglares, que son refugio de especies de animales terrestres y marinos, por la construcción de obras.
“La isla se enfrenta a varias dificultades de manejo en todos los recursos. Es un sitio con muchas riquezas naturales, pero es también vulnerable a la explotación inconsciente de todos nosotros que vivimos aquí o la visitamos”, comentó Pamela Ortega, la representante de la Asociación para la Conservación de las Islas de la Bahía.
Agregó que junto con otras organizaciones trabajan en la defensa de los recursos de Utila y, entre los problemas que ha tenido la isla, además del crecimiento poblacional, figura “el manejo de los residuos sólidos y líquidos, aunque se han establecido iniciativas para eso, como tanques sépticos”. Ortega, ingeniera ambiental de profesión, señaló que también se trabaja en la concienciación de los residentes y turistas para que contribuyan al reciclaje de la basura que entra en la isla, principalmente envases de plástico y gaseosas enlatadas.
“Es importante educarnos en cuanto a los daños que nos estamos haciendo, así como educar al turista que nos visita y hacer lo mejor para la isla y las futuras generaciones”, enfatizó.
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