16/05/2024
01:05 AM

Adiós al empresario hondureño Feizal Juan Sikaffy

La sociedad sampedrana despide al querido ciudadano, quien falleció el lunes luego de un accidente de tránsito.

San Pedro Sula, Honduras.

Arropado de rosas rojas, entre lágrimas y plegarias porque Dios lo tenga en su santo seno, así fue despedido ayer en el cementerio Jardines del Recuerdo el inolvidable y jovial empresario Feizal Juan Sikaffy Canahuati.

Sus seres queridos, amigos y colaboradores de toda la vida llegaron a darle el último adiós en esa triste tarde donde se recordó lo cariñoso, alegre y honesto que fue durante sus casi 73 años de vida, ya que los iba a cumplir el próximo 30 de agosto.

Fue un acto solemne, silencioso y muy sentido. Su repentina y trágica partida conmocionó a sus deudos. Sufrió un fatal accidente de tránsito que le arrebató la vida y ese carisma que siempre lo caracterizó.

Su velatorio en Funerales del Recuerdo reunió a conocidas personas de la sociedad sampedrana, quienes acongojadas lo recordaron con cariño.

Apreciada persona

Era hermano de las queridas damas Mercedes, Blanca y Nohemí Sikaffy y de ocho más que ya descansan en la eternidad. Nació en el hogar de los entrañables e inolvidables Margarita y Juan Sikaffy, un matrimonio ejemplar en la sociedad hondureña.

Tras culminar la secundaria estudió ingeniería eléctrica en la Universidad de Miami. Al retornar a Honduras fundó y gerenció con éxito Bloques S.A. Indeco y canal 33 Honduvisión, donde tuvo el placer de compartir con gente a la que le inculcó el espíritu del trabajo honrado y la dedicación, ganándose con ello la admiración y el respeto.

Fue presidente de la Asociación Nacional de Industriales (Andi) y miembro de la junta directiva del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep). También fue el primer gerente de Vica TV.

Sus sobrinos lo recuerdan como “un hombre con gran don de gente, superdetallista, de muy buen humor y jovial. Nunca hacía diferencias sociales y era apasionado por los perros. Era difícil aburrirse con él y siempre fue inteligente y brillante”.

Ayer, cuando llegaba el ocaso, las lágrimas fueron inevitables y todos lloraban con profundo dolor por esta partida. Primero hubo una misa de cuerpo presente en la parroquia San Vicente de Paúl oficiada por el padre Carlos Da Silva.

A continuación se procedió a darle el último adiós luego de una larga caravana de autos con los dolientes, quienes lo despidieron recordándolo como un sampedrano excepcional.