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Agustín Pacheco: Sin ser un ingeniero construye helicópteros

  • 29 enero 2011 /

En una casa humilde del barrio San Antonio de Siguatepeque reside desde hace unos veinte años Agustín López Pacheco, de 73 años, quien , sin contar con suficientes recursos se dedica a construir aeronaves.

Siguatepeque, Honduras

En una casa humilde del barrio San Antonio de Siguatepeque reside desde hace unos veinte años Agustín López Pacheco, de 73 años, quien nos recibe alegre al enterarse de que el motivo de nuestra visita es hacerle una entrevista sobre su obra.

Con su mirada opacada por el paso del tiempo, don Tin, como prefiere que lo llamen, recuerda cómo hizo realidad uno de sus grandes sueños: hacer volar un helicóptero.

En la casita convive con una dama de cabello blanco a quien llama con dulzura “mi ama de llaves”. Don Tin me invitó a sentarme en una solitaria silla de plástico y desde su silla de ruedas, entre la chatarra que acumula en su casa y uno que otro ratón que pasa rozando mis zapatos, comenzamos a platicar.

¿A qué edad comienza a tejer su sueño?

Exactamente cuando salí de sexto grado en 1955, pero por la condición económica de mis padres y por su manera de pensar no pude comenzar ese sueño y tuve que trabajar para ganarme el sustento trabajando como zapatero.

¿Cuánto tiempo trabajó en ese oficio?

Trabajé 25 años y con lo que ganaba me ayudé a comprar tornillos, alambre, algún material que ocupaba, pero cuando me di cuenta de que el material no servía para hacer el helicóptero se me ocurrió ir a la chatarrera a buscar piezas que me sirvieran.

¿Estudió física?

En un sueño se me metió el modelo en la cabeza y después de aprender la zapatería aprendí mecánica diésel por correo con una escuela de Estados Unidos por tres años y con ese estudio pude iluminar más la idea para hacer esto y otro montón de cosas. En San Pedro Sula, donde viví un tiempo, un maestro de zapatería me iluminó con una frase: “Agustín, es usted muy inteligente para la matemática y los inventos son matemática”. Aquella frase me caló y me preocupé más por aprender. Leí todo lo que pude, hasta de la teoría de la relatividad y muchas cosas más sobre ingeniería porque soy voraz para leer. Luego me empapé con lo de la energía cinética y así es como usted puede ver este modelo que está bastante adelantado y que por fe sé que está listo para volar. El primer helicóptero me tardé en hacerlo cinco años. Con éste son cinco modelos los que he hecho.

¿Cuál de todos pudo volar?

El cuarto, anterior a éste, brincaba y despegaba, pero volvía a caer. Con lo que vi que le faltaba espero que este nuevo vuele, que el vuelo sea por lo menos un poco sostenido o avance siquiera un metro. Si logro que avance, entonces tenemos la victoria.

Agustin
El rotor de cola de su helicóptero.