Estados Unidos
Un análisis genético rápido podría algún día ayudar a los médicos a determinar en cuestión de horas si la fiebre de un bebé se debe a un virus o a una infección bacteriana grave.
'Los médicos tienen muchas dificultades para distinguir si un niño con una fiebre alta tiene una infección bacteriana o viral solo mediante las características clínicas', comentó el doctor Michael Levin, profesor de pediatría y salud infantil internacional del Colegio Imperial de Londres, en Inglaterra.
'Como resultado, cada día miles de niños de todo el mundo se someten a investigaciones para descartar las infecciones virales, y por lo general son tratados con antibióticos mientras se esperan los resultados', dijo Levin.
Aunque las infecciones virales por lo general se resuelven sin tratamiento, las infecciones bacterianas pueden amenazar la vida, de forma que identificarlas y tratarlas es importante. Pero el uso excesivo de los antibióticos ha conducido a un problema llamado resistencia a los antibióticos (bacterias que no responden a los antibióticos de uso común), y los expertos afirman que los niños no deben tomar antibióticos a menos que los necesiten.
Levin fue el investigador líder de uno de los dos nuevos estudios que exploraron el uso de análisis genéticos como herramientas diagnósticas en niños con fiebre. Ambos estudios observaron infecciones virales y bacterianas para identificar los genes vinculados a la una o la otra.
Los hallazgos podrían al final conducir a un análisis sencillo que ahorraría a los niños los medicamentos no necesarios y las pruebas dolorosas, afirmaron los investigadores.
Un experto dijo que un análisis preciso sería un avance importante.
'Si un pediatra puede decir con certeza a la madre de un niño con una fiebre de 104 ºF (40 ºC) que no se preocupe, que no vaya a emergencias porque no es una infección bacteriana grave, eso sería increíble. Creo que es una técnica brillante', señaló el Dr. Marcelo Laufer, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas del Hospital Pediátrico Nicklaus, en Miami.
El desarrollo de ese análisis todavía está en etapa inicial, y se necesita mucha más investigación. Aún así, dijo Levin, 'nuestro estudio es una prueba de principio de que las infecciones bacterianas y virales se pueden distinguir mediante diferencias en los genes que se activan en la sangre del paciente'.
Actualmente, los médicos descartan la infección bacteriana al intentar cultivar bacterias a partir de muestras de la sangre, el fluido espinal o la orina del paciente. Pero eso puede tardar 48 horas, y muchos pacientes reciben antibióticos o son hospitalizados mientras esperan los resultados, explicó Levin.
En el estudio, el equipo de Levin estudió a 240 niños, la mitad de los cuales tenían 19 meses o menos de edad. De ellos, 52 tenían una infección bacteriana obvia, 92 tenían una infección viral definitiva, y 96 tenían una infección indeterminada.
El equipo de Levin identificó genes en la sangre que distinguían entre las infecciones bacterianas y las virales. La 'firma' genética también distinguía entre la infección bacteriana y enfermedades inflamatorias infantiles, como el lupus eritematoso y la artritis idiopática juvenil, apuntaron los investigadores.
De las 96 infecciones indeterminadas, menos de la mitad se clasificaron como infección bacteriana, pero casi todos recibieron tratamiento con antibiótico, según el estudio.
'Nuestros resultados abren el camino para desarrollar un análisis basado en nuestras dos firmas genéticas, lo que podría transformar el diagnóstico y el tratamiento de [los pacientes con fiebre]', aseguró Levin.
En el otro estudio, el Dr. Octavio Ramilo, especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Pediátrico Nacional de Columbus, Ohio, también estudió las 'biofirmas' genéticas en bebés con fiebres de dos meses o menos de edad.
Su equipo examinó los genes de casi 300 niños: 89 con infecciones bacterianas, 190 sin infecciones bacterianas, y 19 bebés sanos sin fiebre.
Los investigadores dijeron que identificaron 66 genes que distinguían a los bebés con y sin una infección bacteriana.
Ramilo dijo que su meta es reducir la cantidad de genes necesarios para identificar una infección bacteriana frente a las infecciones virales, y entonces desarrollar un análisis rápido y barato.
¿Qué tan rápido? Quizá de apenas dos a cuatro horas en el hospital, afirmó.
'Este es el primer paso, pero el primer paso es muy positivo', señaló Ramilo.
Ambos estudios aparecen en la edición del 23 al 30 de agosto de la revista Journal of the American Medical Association.
Un análisis genético rápido podría algún día ayudar a los médicos a determinar en cuestión de horas si la fiebre de un bebé se debe a un virus o a una infección bacteriana grave.
'Los médicos tienen muchas dificultades para distinguir si un niño con una fiebre alta tiene una infección bacteriana o viral solo mediante las características clínicas', comentó el doctor Michael Levin, profesor de pediatría y salud infantil internacional del Colegio Imperial de Londres, en Inglaterra.
'Como resultado, cada día miles de niños de todo el mundo se someten a investigaciones para descartar las infecciones virales, y por lo general son tratados con antibióticos mientras se esperan los resultados', dijo Levin.
Aunque las infecciones virales por lo general se resuelven sin tratamiento, las infecciones bacterianas pueden amenazar la vida, de forma que identificarlas y tratarlas es importante. Pero el uso excesivo de los antibióticos ha conducido a un problema llamado resistencia a los antibióticos (bacterias que no responden a los antibióticos de uso común), y los expertos afirman que los niños no deben tomar antibióticos a menos que los necesiten.
Levin fue el investigador líder de uno de los dos nuevos estudios que exploraron el uso de análisis genéticos como herramientas diagnósticas en niños con fiebre. Ambos estudios observaron infecciones virales y bacterianas para identificar los genes vinculados a la una o la otra.
Los hallazgos podrían al final conducir a un análisis sencillo que ahorraría a los niños los medicamentos no necesarios y las pruebas dolorosas, afirmaron los investigadores.
Un experto dijo que un análisis preciso sería un avance importante.
'Si un pediatra puede decir con certeza a la madre de un niño con una fiebre de 104 ºF (40 ºC) que no se preocupe, que no vaya a emergencias porque no es una infección bacteriana grave, eso sería increíble. Creo que es una técnica brillante', señaló el Dr. Marcelo Laufer, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas del Hospital Pediátrico Nicklaus, en Miami.
El desarrollo de ese análisis todavía está en etapa inicial, y se necesita mucha más investigación. Aún así, dijo Levin, 'nuestro estudio es una prueba de principio de que las infecciones bacterianas y virales se pueden distinguir mediante diferencias en los genes que se activan en la sangre del paciente'.
Actualmente, los médicos descartan la infección bacteriana al intentar cultivar bacterias a partir de muestras de la sangre, el fluido espinal o la orina del paciente. Pero eso puede tardar 48 horas, y muchos pacientes reciben antibióticos o son hospitalizados mientras esperan los resultados, explicó Levin.
En el estudio, el equipo de Levin estudió a 240 niños, la mitad de los cuales tenían 19 meses o menos de edad. De ellos, 52 tenían una infección bacteriana obvia, 92 tenían una infección viral definitiva, y 96 tenían una infección indeterminada.
El equipo de Levin identificó genes en la sangre que distinguían entre las infecciones bacterianas y las virales. La 'firma' genética también distinguía entre la infección bacteriana y enfermedades inflamatorias infantiles, como el lupus eritematoso y la artritis idiopática juvenil, apuntaron los investigadores.
De las 96 infecciones indeterminadas, menos de la mitad se clasificaron como infección bacteriana, pero casi todos recibieron tratamiento con antibiótico, según el estudio.
'Nuestros resultados abren el camino para desarrollar un análisis basado en nuestras dos firmas genéticas, lo que podría transformar el diagnóstico y el tratamiento de [los pacientes con fiebre]', aseguró Levin.
En el otro estudio, el Dr. Octavio Ramilo, especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Pediátrico Nacional de Columbus, Ohio, también estudió las 'biofirmas' genéticas en bebés con fiebres de dos meses o menos de edad.
Su equipo examinó los genes de casi 300 niños: 89 con infecciones bacterianas, 190 sin infecciones bacterianas, y 19 bebés sanos sin fiebre.
Los investigadores dijeron que identificaron 66 genes que distinguían a los bebés con y sin una infección bacteriana.
Ramilo dijo que su meta es reducir la cantidad de genes necesarios para identificar una infección bacteriana frente a las infecciones virales, y entonces desarrollar un análisis rápido y barato.
¿Qué tan rápido? Quizá de apenas dos a cuatro horas en el hospital, afirmó.
'Este es el primer paso, pero el primer paso es muy positivo', señaló Ramilo.
Ambos estudios aparecen en la edición del 23 al 30 de agosto de la revista Journal of the American Medical Association.