Un acto que debía servir como despedida solemne para Miguel Oseguera Villafranca se convirtió en una caótica escena de pánico.
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Un altercado entre hombres armados y la Policía Nacional irrumpió en las inmediaciones de la iglesia San Francisco de Asís, en Catacamas, Olancho.
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Lo sucedido dejó a la familia del difunto en un estado de desesperación y temor.
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La situación escaló cuando, según videos difundidos por el comisario Cristian Nolasco, este discutió durante 45 minutos con un grupo de hombres armados que acompañaban a la familia fuera de la iglesia.
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Aunque los individuos finalmente decidieron retirarse, un disparo de advertencia realizado por Nolasco desató el pánico entre los asistentes y los lugareños.
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Mientras tanto, dentro de la iglesia, donde se celebraba la misa de cuerpo presente, se vivieron momentos de gran tensión.
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Iris Orellana, sobrina del fallecido y ciudadana estadounidense, compartió cómo la situación afectó la ceremonia.
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“Se vivieron momentos de pánico”, dijo. Y agregó: “La Policía Nacional invadió la iglesia, no permitió que los amigos de la familia ingresaran y llegaron al punto de disparar un arma de fuego”.
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El sacerdote tuvo que suspender la misa debido al pánico generalizado.
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Según Orellana, el disparo causó tal impacto que algunos familiares buscaron refugio debajo del ataúd por miedo a lo que pudiera ocurrir.
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Con voz de indignación, afirmó: “El comisario Cristian Nolasco no tuvo ningún respeto por la iglesia, la familia ni mi tío”.
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El temor no terminó ahí. Orellana relató que, al intentar sacar el cuerpo de su tío de la iglesia, sintieron una constante amenaza.
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“Nolasco nos apuntaba con el arma y nos estaba filmando todo el tiempo”, denunció.
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“No nos sentimos seguros en este país de los verdaderos delincuentes e incluso de la policía”, expresó con angustia.
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El pasado 26 de noviembre, Miguel Rafael Oseguera y Carlos Javier Ayala fueron asesinados a balazos por desconocidos mientras se trasladaban en un vehículo por la comunidad de El Wingle, Catacamas.