“Después, tomando té y galletas, le pregunté sobre la visita de Diana y pronto me di cuenta de que la conocía desde hacía años. Poco a poco, James y yo nos hicimos amigos, disfrutando de partidas de squash seguidas de grandes almuerzos y hablando de todo menos de la princesa. Como amigo de ella, James sabía que su matrimonio había fracasado y que su marido tenía una aventura con Camilla Parker Bowles”, dijo.