“Lo que me gusta del trabajo de Robert es que pinta a la gente exactamente como son, ya sea para mejor o para peor. Captura todas las arrugas de tu cara, las dobleces de tu camisa, y como verán no quiso esconder ninguna de mis canas y rechazó mi petición de hacer que mis orejas parecieran más pequeñas”, se rio Obama. El retrato lo muestra sobre un fondo blanco vestido con un traje negro, una corbata gris y las manos en los bolsillos.