Después del incidente, la familia del menor indicó en una declaración que el arma estaba “segura” en la casa y que “siempre habían estado comprometidos con la tenencia responsable de armas y su mantenimiento lejos de las manos de los niños”.
La familia también indicó que el niño tenía una discapacidad severa y, después de tiroteo, estaba recibiendo, por orden de la corte, el “tratamiento que necesita” en un centro médico de detención para menores.