Los investigadores viajaron el pasado 17 de junio hasta Marietta, Georgia, donde vivía Zandstra y se reunieron con él. Aunque en un principio volvió a negar que nada tenía que ver con la desaparición de la niña, después admitió haberla visto caminando sola aquel día y que conducía una camioneta verde. Asimismo, aceptó haberse ofrecido a llevar a Harrington y trasladarla a una zona boscosa cercana, donde le pidió que se quitara la ropa. Cuando la pequeña se negó a desvestirse, el hombre la golpeó en la cabeza y, creyendo que estaba muerta, cubrió su cuerpo y se alejó de la zona.