El "Viejo Lin" soñaba con convertirse en importante político
Malvado y estratégico, el "Viejo Lin", líder de la Pandilla 18, pretendió "redimirse" lanzándose como político
- Actualizado: 03 de agosto de 2025 a las 00:00 -
Carlos Ernesto Mojica Lechuga, alias “El Viejo Lin”, nació en El Salvador y pasó gran parte de su juventud en Estados Unidos, desde donde fue deportado en la década de los 90. A su regreso, se consolidó como figura clave en la pandilla Barrio 18, importando estrategias y la cultura marera de Los Ángeles a territorio salvadoreño.
En los inicios del siglo XXI, se convirtió en uno de los líderes más temidos y violentos de la organización. Su reputación se forjó en crímenes atroces, incluyendo torturas y desmembramientos de víctimas, como el caso de una joven de 16 años cuyo asesinato ejemplar reflejó el poder brutal que ejercía sobre la pandilla.
Desde prisión, El Viejo Lin llegó a convertirse en palabrero de los Sureños, una de las tribus más poderosas de Barrio 18. Mantuvo capacidad de mando incluso recluido, coordinando finanzas, homicidios y extorsiones desde dentro del penal.
Fue uno de los principales voceros durante la tristemente célebre **tregua de pandillas de 2012–2013**, iniciada con mediación del gobierno y la Iglesia.
Como representante de Barrio 18, compartió escenario con líderes de la MS-13 al anunciar la reducción de homicidios a nivel nacional.
Ese periodo de aparente paz permitió tanto a las pandillas como al gobierno ganar visibilidad. Sin embargo, investigaciones revelan que, durante la tregua, Barrio 18 consolidó su estructura, aumentó reclutamiento y expandió redes de extorsión, capturando beneficios políticos y criminales simultáneamente.
Posteriormente, en noviembre de 2021 se produjo una ola de violencia masiva (45 fallecidos en tres días), tras lo cual el gobierno salvadoreño decretó un estado de excepción en marzo de 2022. Ese operativo masivo desarticuló parcialmente la estructura de Barrio 18, dejando al Viejo Lin aislado y su poder territorial reducido.
Según la prensa salvadoreña, actualmente El Viejo Lin enfrenta serios problemas de salud: está recluido en el penal de máxima seguridad de Zacatecoluca y ha sido hospitalizado debido a su deterioro físico. También estaría en riesgo de agresiones por parte de otros internos o incluso miembros de su propia facción.
En cuanto a sus aspiraciones políticas, el discurso que adoptó durante la tregua dejó ver un deseo explícito de protagonismo público más allá de lo criminal.
Durante ese periodo, se presentó ante medios y sectores mediadores como un actor político dispuesto a “redimirse”, mencionando su sueño de actuar como político que representara un cambio, aunque sin mayor desarrollo posterior de esa idea.
En la prisión salvadoreña, también conocida como "Zacatraz", se encuentra cumpliendo una condena acumulada de más de 40 años por diferentes delitos relacionados con pandillas y crimen organizado.