“Viejo Lin”, el sangriento líder de la 18 que ahora teme ser ultimado por sus “homies”
Verdugo de inocentes, rivales y hasta de sus compañeros, el líder histórico de la pandilla Barrio 18 vive ahora una realidad oscura, en permanente peligro
- 17 de abril de 2025 a las 15:01 -

Carlos Ernesto Mojica Lechuga, más conocido como "Viejo Lin", es mucho más que un líder pandillero. Durante más de dos décadas, tejió una red de muerte, extorsión y control territorial que marcó profundamente la historia del crimen organizado en El Salvador.

Su figura se convirtió en sinónimo de violencia estructurada, liderando la Pandilla 18 con mano de hierro desde dentro y fuera de prisión.

Nacido en El Salvador y criado en California, Mojica Lechuga fue deportado en los años 90, trayendo consigo la cultura de las pandillas de Los Ángeles.

Con tatuajes que narraban su afiliación y lealtad, rápidamente se convirtió en uno de los fundadores e ideólogos del Barrio 18 en territorio salvadoreño. Desde los primeros años, su violencia fue notoria: lideró masacres y ejecuciones públicas como método de control y advertencia.

Según InSight Crime, “Viejo Lin” fue el arquitecto de una estructura criminal que incluía contabilidad interna, inversión en negocios legales y una red de comunicación que operaba incluso desde los penales de máxima seguridad. Fue uno de los pocos líderes que logró mantener control absoluto sobre su facción incluso tras múltiples capturas.

En 2012, fue uno de los portavoces de la polémica tregua entre pandillas impulsada por el gobierno de Mauricio Funes. En entrevistas, "Viejo Lin" se presentó como un actor político y pidió una oportunidad de redención. No obstante, investigaciones posteriores confirmaron que durante la tregua, el Barrio 18 aprovechó para fortalecer su estructura, reclutar miembros y multiplicar sus ingresos ilícitos.

Uno de los hechos más oscuros de su carrera fue el desmembramiento de mujeres que violaban las normas internas de la pandilla. De acuerdo con reportajes de El Salvador Times, Mojica Lechuga autorizaba castigos ejemplares, incluyendo torturas grabadas en video, que luego circulaban internamente como advertencia a otros pandilleros.

El 9 de enero de 2003, en el corazón de San Salvador, se perpetró uno de los crímenes más atroces atribuidos a la pandilla Barrio 18 bajo el liderazgo de Carlos Ernesto Mojica Lechuga, alias "Viejo Lin".

Esa noche, Rosa N., una joven de 16 años que trabajaba como mesera en la cervecería Mima, fue brutalmente asesinada en un acto que evidenció la extrema violencia con la que operaba esta organización criminal.

Según testimonios recopilados por la Fiscalía, Rosa fue señalada por los pandilleros debido a su relación sentimental con un miembro de la Mara Salvatrucha (MS-13), rival del Barrio 18. Esta supuesta "traición" fue suficiente para que "Viejo Lin" ordenara su ejecución.

La joven fue llevada a un lugar donde, durante más de 12 horas, fue torturada y violada por al menos 30 miembros de la pandilla. Finalmente, fue decapitada y su cabeza fue colocada dentro de una mochila, la cual fue abandonada en un banco del parque Libertad, como una macabra advertencia.

"Viejo Lin" está recluido en el penal de máxima seguridad de Zacatecoluca. Allí, Mojica vive una realidad diferente a la que tenía hace pocos años, colmado de poder e influencia.

Deteriorado de salud, "Viejo Lin" está preso con cuidados excepcionales debido a las enfermedades, incluida encefalopatía hepática, y por el temor a que sea ultimado por sus enemigos e incluso sus propios "homeboys" de la pandilla Barrio 18.

Con el paso de los años, el histórico líder pandilleril perdió influencia dentro de su propia organización y ganó enemigos por su mano dura que llevó incluso a los asesinatos de decenas de integrantes de la 18. Autoridades salvadoreñas

En la prisión salvadoreña, también conocida como "Zacatraz", se encuentra cumpliendo una condena acumulada de más de 40 años por diferentes delitos relacionados con pandillas y crimen organizado.