¿Cuánto le dio Supremo? La abuelita Julia sueña con una pulpería y con arreglar su casa
Doña Julia Perdomo dice que con el dinero que le regalaron buscará arreglar un troco con el que recoge plástico y le quitará las filtraciones de agua a su casa
- 28 de septiembre de 2025 a las 14:57 -
La vida de doña Julia Perdomo le cambió por completo luego de viralizarse en las redes sociales; la gente la reconoce en la calle y ahora busca cumplir con las metas trazadas a sus 70 años.
Doña Rosa vive en la colonia Fuente de Vida de Villanueva en donde sus vecinos son testigos de su espíritu de lucha.
A veces le toca quedarse en la casa de una de sus hijas. "En la mía cuando llueve se moja y por eso no puedo ni cocinar", cuenta.
Doña Julia se levanta muy temprano en la mañana. "Son las 3:00 am y ella ya anda arriba", cuenta su nuera Alejandra.
De esta casa sale todos los días muy temprano a vender a las calles de Villanueva. "Esa señora pasa con un troco o con su chiclerita", detalla una vendedora de baleadas de la colonia Siboney.
"No puedo estar sin hacer nada", comenta doña Julia, quien es originaria de Colinas, Santa Bárbara y a quien le sobrevive 8 de los 15 hijos que tuvo.
"Soy un milagro de Dios, antes sufría epilepsia, pero él me sano", revela "por eso decidí tener una relación solo con Dios ", añade.
La vida de doña Julia ha dado un giro a partir del viernes 26 de septiembre cuando fue captada en el estadio Olímpico con una chiclera que decía "es para mi comida".
Supremo, quien es el organizador de los partidos de los tiktokers en Honduras la buscó en las redes y la encontró en la casa de su hija el sábado, un día después de viralizarse la fotografía de Diario La Prensa.
Héctor Paz fue el reportero gráfico que tomó la fotografía más viral y que muestra a esta famosa abuelita vendiendo con una chiclera.
Con el dinero doña Julia se fue a comprar una buena provisión y el resto lo guardó en un banco. Estaba feliz.
Su sueño es arreglar este troco con el que consigue botes de plástico para luego revenderlos, pero lo primordial es arreglar las filtraciones de agua que tiene el techo.
Además, espera que la solidaridad de la gente le permita poner una pulpería y así pasar más tiempo con los suyos.
En este otro terreno tiene otra casa en la que pretende poner su pulpería. Aunque la solidaridad ha tocado su puerta, doña Julia no se dedica a pedir, ella trabaja con el sudor de su frente para desarrollar sus proyectos.