Exmareros y pandilleros hondureños se “entregan” a Dios

En redes sociales se han viralizado durante las últimas horas las imágenes de tres exmiembros de maras y pandillas de Honduras en una iglesia evangélica de Tegucigalpa.

Se trata de tres hombres que confiesan ser exintegrantes de la Mara Salvatrucha (MS-13) y de la Pandilla 18, las dos estructuras criminales con mayor presencia en el país.

Con sus cuerpos tatuados con simbología de las maras y pandillas, los hombres fueron presentados ante la feligresía en la iglesia capitalina Ministerio Pasión por las Almas.

El pastor de la iglesia, Carlos Cerrato, dijo que “el objetivo es seguir rescatando jóvenes y adultos de barrios y colonias de todo el país para que sirvan a Dios y no al diablo”.

“Aquí cabe el rico, el pobre, el catedrático, el licenciado, el abogado, el maestro; amamos la perniquebrada, amamos el pecador, amamos lo que Dios ama, no calificaremos ovejas, Dios las ama”, amplió el religioso.

Según se informó, los hombres, que operaban en esas organizaciones criminales, están “arrepentidos y con deseos de cambiar su camino”.

En Honduras, el flagelo de las maras y pandillas ha dejado una estela de luto durante más de dos décadas, tras la propagación de esas organizaciones criminales en las zonas más marginales y hasta llegar a sectores de clase media y clase media-alta.

Los tres hombres fueron arropados por los miembros de la iglesia capitalina. Se desconocen sus nombres y su historial criminal.

Los hombres mostraron sus tatuajes como una expresión de su conversión.

Honduras entró en los últimos meses en un régimen de excepción que busca arrestar a miembros de maras y pandillas.