Este es el ataúd en el que pretendían enterrar al niño de Santa Bárbara.
Los familiares aseguraron que lo habían llevado al Mario Catarino Rivas de San Pedro Sula en donde lo declararon muerto por intoxicación.
La familia decidió velar al menor por 24 horas y cuando procedieron a sepultarlo, los familiares aseguraron no dar crédito a lo que veían: el niño había 'resucitado' en su ataúd.
De inmediato fue sacado de la caja y llevado a una clínica en Trinidad, Santa Bárbara.
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Este nuevo episodio se dio en el municipio de Concepción del Norte, Santa Bárbara y recuerda al caso de otro niño, un pequeño albino de 18 meses que 'revivió' en cinco ocasiones en El Negrito, Yoro.
No hay expertos en la zona que puedan determinar si este caso o el anterior puedan tratarse de catalepsia.
La catalepsia es un trastorno nervioso repentino que se caracteriza por la inmovilidad y rigidez del cuerpo y la pérdida de la sensibilidad y de la capacidad de contraer los músculos voluntariamente.
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Fue esta mañana en la aldea Las Flores de Concepción Santa Bárbara donde el pequeño de 2 años de nombre Elmer Óseas Manzano fue sacado de su ataúd, según la familia, porque 'dio señales de vida'.
La familia explicó que el menor fue llevado a una clínica médica en donde supuestamente le aplicaron un medicamento, que desafortunadamente no logró recuperar la salud del pequeño.
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La madre del menor asegura que su hijo aún tenía signos de vida la primera vez que lo declararon muerto.
Actualmente la familia se niega a enterrar al niño porque creen que 'con oración y plegarias a Dios pueda revivir de nuevo'.
El niño, hasta esta mañana, tenía al menos 36 horas de haber sido declarado muerto por primera vez, su cuerpo aún no está rígido -manifiestan los parientes- y 'apenas' sus labios se pusieron morados.
El médico que los atendió en una tercera ocasión-según el relato de los familiares- les dijo que el pequeño Osías recién acababa de morir, algo que llenó de furia a su madre, la señora Elena Romero, que no se explica por qué habían declarado muerto a su hijo en el Catarino Rivas.
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EL CASO RECUERDA AL DE EL NEGRITO, YORO Seis días de angustia y zozobra vivió una familia - en una comunidad del municipio de El Negrito ubicada en el departamento de Yoro - al ver morir a su pequeño bebé de unos 18 meses por causa de una deshidratación por diarrea.
El pequeño Antonio Jesús Martínez fue declarado muerto luego de ser asistido en el centro hospitalario, sus padres indicaron que luego de salir desconsolados de la clínica se encontraron a unos pastores que oraron por el niño, quien por 'milagro' empezó a respirar.
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La increíble historia comenzó cuando los humildes padres del niño que nació con la condición llamada albina o mejor conocida en Honduras como 'hijo del sol' lo llevaron a la clínica 'Los Ángeles' ubicada en las cercanías de la comunidad donde vive la pareja de campesinos.
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Antonio, padre del pequeño 'hijo del sol', indicó que llevaron a su niño a casa donde le dieron de beber agua y él tomó, 'resucitando' por segunda ocasión. Al ser declarado muerto por los médicos el niño estaba listo para ser enterrado, pero una de las tías de Antonio Jr. pidió sacarlo del ataúd para verlo por última vez, ella indicó que él abrió sus ojitos y la miró fijamente.
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La tía del menor sostenía el cuerpo en sus brazos, aferrada a que siguiera con vida.
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Sobre el caso del niño albino que fue enterrado seis días después de fallecer en El Negrito, Yoro, Julissa Villanueva, exdirectora de Medicina Forense del Ministerio Público, dio su opinión.
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Aseguró que científicamente 'ese niño nunca revivió. Estoy completamente segura'.
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De acuerdo con la patóloga Villanueva, el niño posiblemente abrió los ojos por falta agua, pero en este momento ya estaba muerto.
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Para la experta forense, si a tiempo 'al niño lo hubiesen llevado al Hospital Escuela o al Hospital María de Tegucigalpa, yo estoy segura que estuviera vivo'.
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Los padres del niño albino sí creían que su hijo aún estaba con vida y por eso le estuvieron dando agua con la esperanza de que regresara a la vida.