Clasificó al Mundial sin jugadores nacidos en su país, el más pequeño del mundo
Se convirtió en la nación más pequeña en clasificarse para un Mundial y sin jugadores nacidos en su país.
- 19 de noviembre de 2025 a las 11:10 -
El Mundial 2026 nos dejará historias sorprendentes con más de uno de sus clasificados. La última selección en sumarse se convierte en la nación más pequeña que jugará una Copa del Mundo y con ingrediente todavía más impresionante.
La última jornada de las eliminatorias de la Concacaf finalizó con la clasificación de Curazao al Mundial 2026, algo que hasta hace apenas unos años era una utopía se ha convertido en realidad.
Curazao empató 0-0 frente a Jamaica en Kingston y con este resultado finalizó primero del Grupo B, asegurando su boleto directo para la que será la primera participación histórica del país en una Copa Mundial de la FIFA.
Tras el pitazo final, el éxtasis y la euforia se apoderó de los jugadores de Curazao que invadieron el Estadio Nacional de Kingston, Jamaica, para celebrar la histórica clasificación.
El fútbol mundial ha presenciado un momento histórico: Curazao se ha convertido en la nación más pequeña de la historia en clasificarse para una Copa del Mundo.
Con una población de tan solo 156.115 habitantes, según la Oficina Central de Estadística de la isla, esta nación caribeña batió el récord que ostentaba Islandia, que asombró al mundo en Rusia 2018.
Además, Curazao también es el país más pequeño en cuanto a extensión en jugar un campeonato del mundo: Cabo Verde tenía ese honor desde el pasado octubre, pero no ha podido ni llegar a estrenar ese ‘título’: la isla de Curazao es ¡10 veces! más pequeña que Cabo Verde, que ya era récord histórico.
Para comprender la magnitud de esta hazaña, basta con observar cuántas naciones mucho más grandes —con mayores recursos, mejores reservas de talento e infraestructuras más sólidas— fracasaron en el proceso. Curazao, un territorio más pequeño que muchas ciudades de América, llevó a cabo una campaña de clasificación impecable, basada en la disciplina, la claridad y la coherencia táctica.
Otro dato: Curazao se convierte en la quinta selección del Caribe que juega una Copa del Mundo, después de que anteriormente lo hicieran Cuba, Haití, Jamaica y Trinidad y Tobago.
“Después de 21 años hemos podido culminar el proyecto mundialista que iniciamos en 2004. Es una sensación muy grande, muy bonita y esto es para todos los curazoleños que están por todo el mundo: América, Europa, en la isla... y también para los que aman a Curazao de donde sean: somos pequeños en tamaño, pero grandes en alma y corazón”, afirmaba Gilbert Martina, presidente de la federación de fútbol de Curazao, justo después de la clasificación.
“Creo que nuestro éxito ha sido la perseverancia. Todos creímos que algún día clasificaríamos al Mundial y por fin lo hemos logrado”, confiesa, antes de decir entre risas que “no le importa” qué selecciones le tocarán en el sorteo mundialista del próximo día 5 de diciembre. “Que vengan todos, nosotros ya hemos ganado el Mundial”, concluyó Martina en declaraciones al diario Marca.
“Estamos muy contentos, esto significa mucho para nosotros. Hemos peleado por estar aquí por al menos 15 años y nos lo merecemos”, afirma Leandro Bacuna, capitán y máximo internacional histórico de la selección caribeña, en palabras al diario Marca.
Bacuna coincide también con su presidente: “No me importa qué rivales nos toquen. Nadie creía en nosotros, pero lo hemos hecho”.
Curazao integraba, junto a Aruba, Bonarie, Saba y San Eustaquio y San Martín, lo que, geopolíticamente hablando, entre 1954 y 2010, se conocía como Antillas holandesas. Sin embargo, desde hace 15 años, puede presumir de ser un país autónomo... perteneciente al Reino de los Países Bajos.
De ahí que, por citar sólo un ejemplo, todos los ciudadanos de Curazao cuenten con pasaporte neerlandés y gocen de los mismos derechos que los habitantes de la Unión Europea.
La clasificación de Curazao provoca un hecho sin precedentes en la historia del fútbol: su pase direco al Mundial 2026 lo ha conseguido sin ningún futbolista nacido en su territorio.
Los 24 convocados por el seleccionador de Curazao, Dick Advocaat, que dirigió a Holanda en tres etapas diferentes (1992-94, 2002-04 y 2017), han nacido en el Reino de Países Bajos, pero en suelo europeo: Ámsterdam, Groningen, Emmen, Harlem, Róterdam...
"Hay muchos jugadores que soñaban con jugar algún día con Países Bajos. Algunos tienen ya 23, 24 o 25 años y ya no piensan en la selección. Deberíamos darles una oportunidad", aseguraba Advocaat aludiendo a Riechedly Bazoer y Justin Kluivert, en su puesta de largo.
En la lista inicial -a la que se sumó Jürgen Locadia- sí que había un jugador nacido en Curazao, Tahith Chong (Willemstad, 1999), pero el mediocampista del Sheffield United no estaba lo "suficientemente en forma" y, finalmente, se quedó en Inglaterra.
Gran parte del éxito de Curazao radica en un proyecto fundamental que ha crecido de forma constante, respaldado por una generación de jugadores con raíces neerlandesas que compiten en ligas europeas. Su experiencia bajo presión ha sido crucial en los momentos más importantes.
La histórica clasificación viene acompañada de un toque emotivo: Dick Advocaat, el entrenador de 78 años responsable del proyecto, que no pudo dirigir el partido decisivo tras regresar a los Países Bajos por asuntos familiares. Aun así, su trabajo ya había forjado un equipo disciplinado y seguro de sí mismo, a punto de hacer historia.
Advocaat suma este logro a un currículum extraordinario que incluye haber dirigido a las selecciones de los Países Bajos, Corea del Sur, Bélgica y Rusia, además de haber ganado títulos de liga en varios países. Su huella en Curazao queda grabada para siempre en la historia del fútbol caribeño.
Curazao ya está en el Mundial y se convierte en la cuarta selección debutante mundialista que habrá en United 2026, tras Uzbekistán, Jordania y Cabo Verde. Su clasificación, además, incorpora el doble récord de ‘más pequeña’. La Copa del Mundo ya espera a Curazao.
La clasificación de Curazao no es solo un triunfo deportivo, sino una declaración de principios. Con identidad, estructura y valentía, incluso la nación más pequeña puede romper barreras y llegar al escenario mundial. Ahora, la isla se prepara para su primer Mundial con un orgullo sin precedentes.