En el auto, la jueza, que da total credibilidad a la versión de la denunciante, sostiene que Alves llevó a la víctima a un baño del reservado de la discoteca y, una vez allí, le subió el vestido, hizo que se sentase sobre él y la tiró al suelo para intentar que le practicara una felación, a lo que la joven se negó.