Debo reconocer que casi nunca leo los periódicos y que siempre ando en la luna. Suena raro, lo sé. Pero es la única forma de explicar por qué no me di cuenta que ya no funcionaba el Museo Histórico de la República en la Antigua Casa Presidencial. Afortunadamente, mi ignorancia me llevó a descubrir algo mejor.
La Antigua Casa Presidencial continúa siendo ese palacete ecléctico icono de la ciudad capital. En su exterior se aprecia una parte estilo neogótico (representado en sus ventanas ojivales), parte neomedieval (torres y almenas) y parte imperial francés.
En el interior, un estilo neo-clásico se manifiesta gracias a las estatuas de cariátides (mujeres) y atlantes (hombres) adosadas en las paredes. Pareciera que todas estas mezclas evidencian una arquitectura que honra a diferentes momentos de la historia del hombre. Una característica, según algunos especialistas, de la clase dominante de principios de siglo XX en Honduras.
Y si bien la arquitectura del inmueble me deslumbró, algo más me maravilló del sitio: los documentos históricos que allí se guardan. Resulta ser que este inmueble, Monumento Nacional de Honduras desde 1994, guarda en su interior al Centro de Documentación e Investigaciones Históricas de Honduras.
Este centro está compuesto por el Archivo Etnohistórico del IHAH, la Biblioteca Especializada del IHAH “Jesús Núñez Chinchilla” y el Archivo Nacional de Honduras “Antonio R. Vallejo”. Su finalidad es resguardar y proteger el patrimonio documental nacional. Y para muestra un botón: la portada de esta nota es la fotografía del “Testimonio de la Relación de lo que se pagó a unos buques que vinieron desde el Golfo Dulce a la ciudad de Trujillo, septiembre 10 de 1605”. Imagínese la cantidad y calidad de información que guarda este centro. Sólo el Archivo Nacional de Honduras protege documentos que van desde 1605 hasta 1899. ¡Todo un tesoro!
El próximo 18 de mayo se celebra el Día Internacional de los Museos.
El Salón Azul abrirá sus puertas a las 5.30 pm para compartir con el público una exposición temporal, conferencias, concierto, y degustación de gastronomía tradicional. Un buen momento para ir y explorar los tesoros ocultos de una casa que nunca ha dejado de brillar.