15/06/2025
06:28 AM

¿Ser macho u hombre?

¿Nacen o se hacen? Los hombres no nacen siendo ‘machos’, expertos en temas de género aseguran que el machismo es una serie de actitudes aprendidas que tienen como fin demostrar que lo masculino siempre es mejor que lo femenino. Así que los hombres jóvenes tienen la opción de elegir un camino distinto para lograr establecer relaciones más equitativas, profundas y basadas en el respeto con las mujeres, sean amigas, madre, prima, hermanas o novias. Por ejemplo: beber alcohol en exceso, consumir drogas, conducir a alta velocidad, retar a los golpes o a la competencia. También la conquista sexual, ser agresivos o basar la autoestima en cosas materiales.

    ¿Nacen o se hacen? Los hombres no nacen siendo ‘machos’, expertos en temas de género aseguran que el machismo es una serie de actitudes aprendidas que tienen como fin demostrar que lo masculino siempre es mejor que lo femenino. Así que los hombres jóvenes tienen la opción de elegir un camino distinto para lograr establecer relaciones más equitativas, profundas y basadas en el respeto con las mujeres, sean amigas, madre, prima, hermanas o novias. Por ejemplo: beber alcohol en exceso, consumir drogas, conducir a alta velocidad, retar a los golpes o a la competencia. También la conquista sexual, ser agresivos o basar la autoestima en cosas materiales.

    El otro camino

    Jóvenes que se animan a dejar de lado esas actitudes “de hombre” corren el riesgo de ser objeto de rechazo por sus padres, quienes han elegido el camino tradicional o bien, de algunos miembros de su familia que no aceptan que las cosas sean diferentes.

    Sin embargo, quienes quieren insistir en hacer las cosas de otra manera pueden cambiar actitudes en la vida diaria. Si en la familia se asume que los hombres solo deben ser los proveedores de los recursos económicos y por lo tanto, los únicos con autoridad, es un grave error, ya que los jóvenes pueden intentar colaborar en las tareas domésticas y ser más flexibles.

    Con los amigos, cuando no quieran participar en juegos pesados o ya no quieran beber, podrían imponerse haciendo caso a sus deseos. Si llegan a ser agredidos o tachados de “niñas”, la opción sería retirarse de esa situación.
    Entre los beneficios de relacionarse con el género femenino están el equilibrar las relaciones de poder, que las nuevas generaciones aprenderán que hombres y mujeres pueden convivir respetuosamente, sin el abuso, el maltrato y la violencia.

    Buscar el cambio

    Frente a este modelo existe otro tipo de masculinidad que favorece un cambio individual a través de la percepción de las emociones y la utilización de energía positiva.

    Es un modelo cultural que puede modificarse, y esto se logra mediante el rescate de las cuatro energías arquetípicas del varón: el guerrero, el rey, el mago y el amante.

    Un arquetipo es un modelo de conocimiento que forma parte del inconsciente colectivo de muchas culturas y que rige los pensamientos y la conducta.

    Por lo tanto, uno puede ser un guerrero que lucha por causas justas, en lugar de ser un conquistador agresivo; un rey que con liderazgo permite el crecimiento de los demás, en lugar de ser un tirano; un mago que realiza fantasías, en vez de ser un embaucador, y un amante que ilumina la vida de su mujer en vez de ser violento.
    Pero el cambio, no solo es de los hombres, sino también las mujeres, porque el machismo se implanta, pero ellas lo padecen y lo transmiten. Es un virus social y cuando una madre se vanagloria de las muchas novias de su hijo y al mismo tiempo le dice a su hija que se busque un hombre adinerado para que la mantenga, lo que hace es reproducir el modelo tóxico.