17/05/2025
01:00 PM

Mardoquella, la india más bella

Dejó amarrado el burro en un palo de cutuco y se subió al escenario donde comenzó a lanzar besos soplados, dejando ver su desdentada sonrisa, mientras el público reía de su facha.

Dejó amarrado el burro en un palo de cutuco y se subió al escenario donde comenzó a lanzar besos soplados, dejando ver su desdentada sonrisa, mientras el público reía de su facha.

La Mardoquella es una auténtica india del interior del país, maquillada con achiote y hollín, que siempre carga su cumbo de agua y su jabón de chancho, como también su teléfono celular.

En cuanto la gente la ve llegar con su caminar cansado de tanto subir cerros, empieza a reír. 'Qué culpa tengo yo que la gente me almirelle y también me piropelle', suele decir La Mardoquella, quien se considera más bella que la India María de México.

Este personaje folclórico es caracterizado por Magda Sulema Ordóñez, una entusiasta vecina de esta comunidad.

Actualmente La Mardoquella se pasea por diferentes canales de televisión, escenarios y lugares donde la invitan para que le ponga el toque humorístico a determinado evento.

El cambio

La Mardoquella es una mujer soltera, coqueta, vestida a la usanza de las antiguas campesinas, que siempre está criticando lo malo que hace la gente, explica Magda Sulema.

Asimismo defiende a su gente de los abusos que pueda cometer el Gobierno, porque 'La Mardoquella siempre está con el pueblo'.

Está tan compenetrada la artista de su personaje que a medida que se va transformando en La Mardoquella, va cambiando su forma de hablar.

Incluso, las canciones que canta la india en sus presentaciones, no las puede componer Magda Sulema mientras no está vestida como ella, según dice la artista.

Un amigo dentista le hizo una plaquita negra que coloca en su dentadura, para simular que no tiene dientes.

No le falta un morral donde carga sus enseres particulares, entre ellos un celular. 'A veces tengo que subirme a un palo de guama para poder agarrar la señal', dice La Mardoquella.

Se ha puesto un par de burros negros que se amarró con cabuya y sobre sus enaguas se ha amarrado un delantal hecho de retazos de tela de diferentes colores.

'Ay, papa, cómo me están joteando', dice de repente cuando ve el relampaguear de los flashazos disparados por nuestro fotógrafo.

Luego con pasos torpes, como si fuera caminando por un zarzal, se dirige a la casa de la cultura de Pinalejo donde es recibida con risas y aplausos.

Como parte de sus atractivos el museo exhibe una cocina al estilo rural, con su hornilla y piedra de moler maíz, que la misma Magda Sulema confeccionó.

Aquí entró La Mardoquella para dar una demostración de cómo se hacen tortillas. 'Aprendan porque agora las mujeres, ya no le echan tortillas a los maridos, sino que las compran', dice la india mientras amasa.

Al final se despide con una de sus frases favoritas: 'la gente gritorella, ya se va La Mardoquella, la mujer más bella'.

¿Quién es ella?

Magda Sulema Ordóñez de Zaldívar es madre de cuatro hijos. Estudió comercio, pero nunca ejerció la profesión para dedicarse a su familia, a la artesanía y la decoración.

En sus ratos libres se dedica a hacer artículos típicos, como huacales y adornos, utilizando el fruto del jícaro desecado.

Comenzó a representar a la Mardoquella dentro de la Iglesia Reformada en la cual se congrega, pero el personaje gustó tanto, que de repente salió a las calles y al parque.

Cierta vez la vio actuar un productor de televisión de La Ceiba y la invitó a su programa.

Como la presentación fue exitosa, se quedó actuando una larga temporada. Luego estuvo en un informativo televisado de San Pedro Sula, que dirigía el periodista Carlos Martínez. Cuando se convierte en La Mardoquella, cambia completamente su personalidad, a tal grado que hasta su forma de caminar es distinta.