Maharishi Mahesh Yogi, el gurú que enseñó meditación trascendental a los Beatles y a millones de personas, falleció en su hogar de Vlodrop, Holanda. En enero el líder espiritual se retiró a su casa tras decir que su trabajo había terminado y que quería dedicar el tiempo que le quedaba a estudiar antiguos textos hindúes védicos.
Maharishi nació en el estado indio de Madhya Pradesh. En los años 40 y 50 estudió en el Himalaya con el gurú Dev. Tras esta experiencia, se dedicó a enseñar meditación trascendental por todo el mundo. Basada en la teoría y práctica del yoga, en la meditación trascendental se utiliza una técnica mental que, según dicen, puede aprenderse fácilmente y ayuda a alcanzar un 'estado de conciencia pura'.
Siendo él mismo
El líder espiritual introdujo la meditación trascendental en Estados Unidos en 1959, aunque esta técnica no fue conocida ampliamente en occidente hasta 1968, cuando los Beatles viajaron a India para practicar meditación con él. Más tarde su relación con los integrantes de la banda inglesa se deterioraría. Pese a ello, la rutina de 20 minutos de meditación trascendental acabó siendo utilizada en todo el mundo para reducir el estrés y mejorar la concentración, llegando a contar con cinco millones de seguidores.
Imperio multimillonario
Las donaciones y los 2 mil 500 dólares que se deben pagar para aprender esta técnica ayudaron a
En 1990, Maharishi se trasladó a vivir a una mansión de 200 habitaciones en la localidad holandesa de Vlodrop.
Preocupado por su salud, se recluyó en dos habitaciones, hablando con sus allegados que se encontraban en su residencia mediante una conexión de video.
Cuando le preguntaban por su contradictorio estilo de vida, el líder espiritual respondía: 'Simplemente sé tú mismo'.
Visita de The Beatles
En 1967 a Harrison le había picado el gusanillo de la cultura hindú, y también acabó por picar a Lennon, siempre abierto a todo tipo de experiencias (sensoriales y extra sensoriales), incluidas las religiosas.
El yogi les puso a dieta y a meditar. La experiencia apenas duró dos meses, y no tuvo un final feliz. Algún malentendido se cruzó entre los músicos y el hombre de paz, y Lennon acabó por pensar que el Maharishi no sólo se iba de la lengua, sino que también creía que tenía las manos un poco largas, sobre todo en lo tocante a Mia Farrow.
